Hay recetas que sorprenden solo con su presentación porque el nombre nos confunde: nos invitan a un risotto… y al verlo descubrimos que lleva brócoli o coliflor rallada en lugar de arroz. O a una lasaña… y viene montada con láminas de berenjena o de calabaza, reemplazando a las clásicas de pasta. Si quieres dejar con la boca abierta, no dejes escapar esta receta de la nutricionista y cocineraMarta VeronaRaviolis de calabacín rellenos de pollo mechado con guacamole, donde además podrás combinar dos técnicas de cocina.
La cocina por expansión permite que los nutrientes se mezclen con un líquido, por ejemplo, al preparar un estofado o un caldo. Sin embargo, la cocina por concentración impide salir a los nutrientes ya que genera una corteza en el alimento como en el caso de una fritura o de la plancha. Con las dos técnicas se pierden nutrientes por lo que es importante reducir los tiempos de cocinado y cortar el alimento en trozos pequeños cuando cocinamos por concentración, y medir el líquido de cocción para no desperdiciarlo si cocinamos por expansión.
Ahora ya conoces la teoría. ¿Te apuntas a la práctica con estos raviolis de calabacín rellenos de pollo mechado con guacamole?
Receta de raviolis de calabacín rellenos de pollo mechado con guacamole Receta de raviolis de calabacín rellenos de pollo mechado con guacamole
verduras
Ingredientes
Preparación
1 calabacín
120 grs. de pechuga de pollo
Para el guacamole:
1 aguacate
1 tomate
Un cuarto de cebolleta
Media lima
Cilantro al gusto
Asamos el pollo con un chorrito de aceite de oliva virgen extra a 180ºC. Tiempo: 20 minutos aproximadamente, hasta que lo veamos bien asado.
Una vez templado, lo mechamos con ayuda de un tenedor.
Para el guacamole: picamos la cebolla y el tomate en dados muy finos. Los mezclamos con el aguacate bien machacado, añadimos el zumo de lima y el cilantro bien picado.
Incorporamos el guacamole al pollo mechado. ¡Ya tenemos el relleno de nuestros raviolis!
Con ayuda de una mandolina o con un cuchillo afilado, cortamos láminas de calabacín longitudinalmente.
Escaldamos durante 1 minuto las láminas de calabacín en agua hirviendo para hacerlas flexibles.
Montamos nuestros raviolis disponiendo dos láminas de calabacín en forma de cruz. En el centro echamos una cucharadita de nuestro relleno y lo cerramos, haciendo saquitos o raviolis.
Repetimos la operación y añadimos más guacamole en la base.