¿Te suena el nombre de André Ricard? Te vamos a dar una pista: es el diseñador de la antorcha para los Juegos Olímpicos de Barcelona en 1992 y seguramente has utilizado muchos de los productos que ha creado como frascos de perfumes y el cenicero COPENHAGUE. Además, es docente y escritor. ¿Quieres saber más sobre uno de los pioneros del diseñador industrial en España? Estas son las claves sobre su vida y obra que podrás profundizar en el Imprescindibles ‘El diseño invisible’ que se estrena el domingo a las 21:30h en La 2 y que estará disponible en RTVE Play.
Cenicero Copenhague, diseñado por André Ricard RTVE.es
Curiosidad desde pequeño
El padre de André Ricard era francés y se dedicaba al sector farmacéutico. Fue a trabajar a Barcelona y conoció a su madre que era de la Vall d’Aran. Allí creció el futuro diseñador que explica en Imprescindibles que, como hasta las 6 de la tarde no tenían luz, inventaba diferentes artilugios para divertirse. Desde pequeño le llamaba la atención el por qué de las cosas. Tenía mucha curiosidad por saber que las formas tenían una función.
Descubrimiento del diseño
Fue en Inglaterra cuando descubrió que existía el diseño. Allí empezó a montar escaparates para una Agencia de viajes y transportes. En 1951 se inauguró el Design Council en Londres y André Ricard se dio cuenta como se transformaron las calles de la capital inglesa después de la II Guerra Mundial cambiando paradas de autobús, papeleras, farolas, etc.
André Ricard con su hermana en Knightbridge (Inglaterra) RTVE.es
Como no había escuelas de diseño, su formación se basó en contactar con profesionales de la disciplina para empaparse de sus conocimientos. Incluso llegó a escribirse con el francés Raymond Loevy, uno de los diseñadores industriales más conocidos del siglo XX y que triunfó en Estados Unidos. Gracias a su pasaporte francés, podía salir de la España dictatorial y viajar por el mundo en búsqueda de diseñadores con los que aprender.
Su máxima: la funcionalidad
Inspirado en Bauhaus, la escuela alemana de arquitectura, diseño, artesanía y arte, su concepto sobre el diseño es claro: racionalismo, simplicidad, funcionalidad y pensar en el usuario. Sus proyectos buscan mejorar la utilidad de una gran variedad de objetos de uso cotidiano. “Tú no usas lo bonito, tú usas lo útil”, afirma en el documental. Para el catalán, la belleza es una consecuencia y no una finalidad.
Durante su larga trayectoria profesional ha diseñado productos como las botellas de leche de vidrio Rània, las pinzas TONG y el cenicero COPENHAGUE. Sin embargo, también trabajó para la empresa Puig Perfumes creado botes de colonias cuyo diseño era más expresivo que funcional. Uno de sus diseños más importantes es la antorcha de los Juegos Olímpicos de Barcelona de 1992. Para el catalán fue todo un orgullo y quiso que este objeto fuera, aparte de funcional, moderno y de aluminio, uno de los materiales de moda del momento. También diseñó el pebetero de la llama olímpica del Musée Olympique de Lausanne (Suiza).
André Ricard sosteniendo la antorcha de los Juegos Olímpicos de Barcelona RTVE.es
Maestro del diseño industrial
André Ricard es un pionero del diseño industrial en España. Además, es promotor a nivel nacional e internacional de la profesión. Ha trabajado como docente y ha publicado doce libros entre los que, por ejemplo, se encuentran ‘Hablando de diseño’ (1986), ‘La aventura creativa’ (2000) o ‘Casos de diseño’ (2012).
Asimismo, el catalán ha contribuido al desarrollo de la disciplina en nuestro país formando parte de la asociación FAD (Fomento de las Artes de Decoración) en Barcelona - que fue la primera asociación de diseñadores españoles en el país - , de la ADP (Asociación de Diseñadores Profesionales) y de ICSID (Consejo Internacional del Diseño) entre muchas otras agrupaciones además de escuelas y facultades de diseño.
El diseñador industrial ha recibido numerosos galardones durante su carrera como el Premio Nacional de Diseño en 1987 y la Creu de Sant Jordi de la Generalitat de Catalunya. Y a nivel internacional, la Ordre Olympique del Comité Olímpico Internacional y fue nombrado Chevalier de la Légion d’Honneur de Francia.