'No decepciones a tu padre'. Con esta novela, la periodista y ecritora Carme Chaparro cierra la trilogía de Ana Arén, quien en esta tercera entrega, se enfrentará al mayor desafío de su carrera profesional. En Tarde lo que tarde hemos charlado con la autora, que se ha ganado un destacado puesto entre los autores y autoras de novela negra.
"Yo nunca he sabido lo que iba a pasar con ella. Ya no solo cada vez que acababa la novela, sino cuando empezaba la novela. Ana tiene vida propia, Ana hace lo que quiere. Yo le aprieto un poco las tuercas, es verdad, yo le pongo las trampas, le doy la mala vida y luego ella sale por peteneras por donde quiere, entonces, no lo sé. Yo creo que le recuperaré, lo que pasa es que no sé cuándo".
Lo que sí tiene claro Carme, es que el personaje de Ana Arén le ha enseñado unas cuantas cosas vitales para la vida: "Yo con Ana he aprendido a tomarme el sufrimiento de otra manera. Ana es una persona que es inspectora jefa de homicidios como podía ser otra cosa y en eso se parece a nosotros. Es cualquiera de nosotros, cualquiera de los escuchantes que están al otro lado de la radio si le tocara un trabajo o si tuviera un trabajo como ella. Ana llora, Ana sufre, Ana se rompe un dedo porque se enfada y da un golpe de puño a la pared. Entonces, Ana tiene mucho de mí y me ha servido mucho para conjugar a mis fantasmas, ponerles nombre y apellido y decirles "ahora os vais a tiempos pretéritos, que yo voy a mirar al futuro"", nos cuenta Carme.
Todo empieza con un crimen, con el hallazgo del cadáver de una famosa celebrity, Nina Vidal. Pero no es el único crimen que va a tener lugar. Todos envueltos en espectáculo, tanto por su ejecución como por la manera en que aparecen en los medios. Un tema latente a lo largo de toda la novela. "Al final la muerte, depende de cómo se ejecute, además de dolor, siempre es espectáculo. Derepende de cómo se ejecute y depende de cómo se cuente, y de cómo influya y cómo tranforme a la sociedad. Porque hay muertes que transforman a la sociedad. Estamos asistiendo estos días a la conmoción por el asesinato de ese niño en La Rioja y es uno de esos crímenes que van a transformar a la sociedad. Entonces, a mí como escritora, me interesa un crimen, me interesa su ejecución, me interesa la parte más técnica policial, pero me interesa también toda la parte emocional de construcción de los personajes, incluso del propio monstruo, del propio asesino", asegura. "Me interesa saber y entender o tratar de entender, que eso no significa justificar, cómo alguien se ha convertido en un monstruo".
Hace años, Carme Chaparro se topaba con el asesinato de Craso, el hombre que puso el dinero para que Julio César ascendiera al poder, y que se conviritó en uno de los seres más malvados de la historia, pero de los más desconocidos. Unos sucesos que inspiraron a Carme para escribir su novela: "Él era muy avaricioso y derriten oro fundido y se lo hacen beber. Y muere con eso. A mí me parece que era una manera "fantástica" de utilizarlo para una novela. Y el asesino de esta novela empieza a matar copiando torturas más imponentes de la historia de la humanidad".
Antes de periodista y escritora: lectora
"Primero fue la Carme Chaparro lectora. Primero fue la niña que quería leer a toda costa y luego la adolescente a la que la lectura le salvó la vida. La lectura me convirtió en la persona soy y me sigue transformando hoy en día". Carme Chaparro llegó al mundo del periodismo a través de la lectura. El camino que le llevaría a contar las historias, pero también el que le haría inventarse las suyas propias: "Al final son las mismas técnicas porque los periodistas escribimos para que sea leído y sea disfrutado también, porque un lector de noticias tiene el derecho a disfrutar con que está leyendo. No con muchas de las cosas que contamos, pero sí con la manera en que está ejecutada estilísticamente la redacción".
Y, a partir de ahí, nos asegura, comenzó a servirse de las mismas herramientas del periodismo para inventarse sus historias y escribir ficción. Su ficción.