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Según las últimas estadísticas del INE, en la franja de edad entre los 15 y los 29 años, la primera causa de muerte no natural es el suicidio, incluso por encima de los accidentes de tráfico. Las cifras han aumentado en adolescentes un 30% en el primer año de pandemia. La periodista María de Quesada ha escrito el libro 'La niña amarilla'(Ed. Vergara) que da voz a más de una veintena de historias, incluida la suya, ocultas tras el tabú y el estigma que rodean a esta realidad, con el objetivo de prevenir el suicidio.
“A través de estas vivencias personales quiero que aprendamos a comunicarnos, a abrirnos y a compartir nuestros sentimientos, porque es el primer paso para salvarnos cuando estamos en un momento de pensamientos suicidas”, asegura la autora.
Desde el año 2000 la Organización Mundial de la Salud (OMS), en contra de lo que se recomendaba anteriormente para evitar el ‘efecto contagio’, apuesta por hablar del suicidio desde la prevención. “Si no hablamos de suicidio es muy difícil prevenirlo. Hay que hablar de suicidio, pero con respeto y responsabilidad”, opina de Quesada.
¿Tienen mayor riesgo de suicidio los jóvenes?
“La adolescencia es una etapa especialmente vulnerable, donde estás aprendiendo quién eres y a tomar un montón de decisiones que te van a llevar a la madurez. En ese periodo se juntan muchos factores. En mi caso, muchas de las causas que me llevaron al intento de suicidio florecieron en la adolescencia. Es un momento delicado, donde precisamente se corta la comunicación con la familia y es cuando es más necesaria para expresar cómo te sientes”.
Lamentablemente, en el mundo actual existen más riesgos para los adolescentes que años atrás: The Wall Street Journal publicaba recientemente un estudio interno de Facebook sobre otra red social del grupo: Instagram y su efecto en la salud mental de los jóvenes.
Se filtraron resultados tan escalofriantes como que los jóvenes apuntan a Instagram como la principal causa del aumento en las tasas de depresión y ansiedad. Incluso un 6% de jóvenes estadounidenses (13% en Reino Unido) dijo que hay una relación entre sus pensamientos suicidas y el tiempo que pasan en la app.
“La OMS lleva recomendando desde hace años que los gobiernos implanten planes de prevención del suicidio desde la salud pública, para ir conteniendo esas cifras, que son alarmantes. En Canadá, Australia, Japón, Reino Unido o en los países nórdicos llevan años trabajando en ello. En España algunas comunidades autónomas han dado algunos pasitos, pero no tenemos un plan integral. Para un problema como el suicidio, donde las causas son múltiples, necesitamos también que las soluciones vengan de diferentes áreas: educación, sanidad, fuerzas de seguridad, medios de comunicación… Nos tenemos que poner en marcha de manera conjunta toda la sociedad para ser conscientes del problema que tenemos y poder ayudar a que estos números bajen”, reclama la periodista.
Líneas de ayuda contra el suicidio
- Teléfono de la Esperanza: 717 003 717
- Emergencias: 112 o 061
- Teléfonos contra el suicidio: 910 380 600 (Madrid) / 900 925 555 (Barcelona)