Otrura. Movimiento 8. Despertar. No son coordenadas pero sirven para trazar el camino que lleva a la esencia de la colección de Otrura, la firma de Verónica Abián y Sergio de Lázaro, que ganó el premio a la mejor colección en abril de 2021. "Nos dio confianza para seguir adelante, y sobre todo seguridad", dicen. Dos cosas muy importantes para este Quijote de dos cabezas que lucha contra molinos de viento. Casi todos sus compañeros de pasarela apuestan por prendas fáciles de vender y llevar. Pero ellos su nueva colección está en las antípodas. "No somos comerciales", la verdad. ¡Y eso es es una gozada!
Desfile de Otrura
Tejidos que sueñan
Hartos del BBD (la trilogía del vestido para las Bodas, Bautizos y las Comuniones) su propuesta se nos revela con una única palabra: moda. Una moda que conecta con el trabajo de los grandes, como Martin Margiela. Moda con discurso, con mensaje. Moda que invita a pensar, reflexionar, meditar y experimentar. El dúo sigue apostando por poner en valor el trabajo de los talleres, de las manos artesanas. Muchas de sus nuevas prendas están hechas en tono crudo para evitar que el color o los estampados desvíen la atención de lo que verdaderamente importa: la esencia de la prenda.
Desfile de Otrura, septiembre 2022.
El retor es el hilo conductor, un tejido virgen "para que cada persona lo convierta en lo que quiera, ¡para que realice sus sueños!". Y es que de sueños habla esta colección. La bandera de tejidos tiene un aspecto inacabado. Lanas y algodones humildes sueñan con convertirse en prendas maravillosas, y lo consiguen gracias a la labor de patronaje, donde sobresale Otrura. Vemos chaquetas aparentemente sencillas, que parecen un ensayo, pero son prendas acabadas, mimadas, con pinzas en las mangas y hombros que generas interesantes formas en el cuerpo.
Otrura trabaja con denim 'cero agua', una moda sostenible
Moda que no daña el planeta
Se mezclan, a veces, con piezas en denim, pero no un denim cualquiera. "Queremos mostrarte la exclusiva, ¡el primer denim con cero agua!", dicen orgullosos con un pantalón fabuloso en la mano. "Nos lo hacen en Valencia, los talleres de Tejido Royo, y lo consiguen con la reacción química que produce mezclar índigo, algodón e hidrógeno!". Otro sueño que se cumple, el de la sostenibilidad, que en esta colección se aprecia en otras prendas. "Hemos apostado por la 'recostura', por utilizar prendas, objetos y tejidos de nuestros seres queridos y transformarlos para que tengan una segunda vida", dice Verónica. "Queremos reconstruir para venerar la pieza. ¡No nos interesa el patchwork!", añade Sergio.
Camisa de Otrura hecha con servilletas de hijo
Un cojín del siglo XIX sobre el que descansaba la bisabuela del diseñador soñó con tener otra vida más 'activa' y ahora es un chaleco bomber en el que se aprecian las huellas del tiempo. Una mantelería de hilo de los años 40 se ha desdoblado en una camisa de estilo cubano hecha con servilletas y en las enaguas del un vestido hechas con el mantel. "No se ha cortado nada para no desaprovechar ni un centímetro, es un trabajo grande de reutilización".
Madeleine Hjört con chaleco bomber hecho con un cojín del XIX
La entretela es ahora el género
Hay tejidos planos que han logrado su sueño de tener grandes volúmenes, lo vemos en abrigos envolventes para chicas y chicos que necesiten sentirse arropados. Hay chaquetas y camisas con la espalda fruncida, como un acordeón que luego se abre y genera otra silueta. Camisas con botones caprichosos y rebeldes que se divierten entrando en un ojal que no les corresponde, o sí. Hay mucho tejido mate pero también tejidos translúcidos. "Hemos utilizado las entretelas para hacer este vestido y para colocarlas en este trench. La idea es reinventar la pieza y el tejido, hacer que la entretela sea el género", dicen casi a la par, emocionados con el trabajo que han hecho. Nerviosos porque saben que reman a contracorriente. Quizá solo así consigan que la mediocridad y la vulgaridad que a veces es el río de la moda no les arrastre. Quizá solo así consigan llegar a lo más alto.
La modelo Pino Montesdeoca desfila para Otrura. EFE
La icónica modelo española Madelaine Hjort ha abierto el desfile, en el que también han colaborado artistas como Jorge González, el percusionista del grupo Vetusta Morla, y la cantante indie Alice Wonder. El casting ha sido un ejemplo de diversidad y pluralidad, con modelos profesionales y amigos de la casa, con modelos de pieles blancas y negras, con modelos de todas las generaciones, jóvenes como Mayka Merino y veteranas como Pino Montesdeoca.
Desfile de Custo Barcelona Gtres
Una jornada de reflexión
Isabel Sanchís ha abierto el día con una colección indescriptible con la que 'fusila' sin pudor diseños de Balenciaga y Stéphane Rolland, Maya Hansen ha proyectado un fashion film protagonizado por Nieves Álvarez y Custo Barcelona ha jugado a mezlar mate y brillo, sastrería y ropa deportiva, prendas mini con piezas maxi. Los colores estallan sobre las prendas, entre las que destacan los pantalones de corte masculino y las prendas para el baño, como los micro bikinis de jacquard con lúrex, ideales para nadar en las noches. Hacer esta colección para el catalán ha sido "una lección de experiencia y un paso más de la firma hacia el nuevo concepto y sentir del momento: el retorno a la esencia y a la búsqueda de la fortaleza interior que se plasma en el vestir".
La pandemia ha pegado fuerte en todos los sectores, y la moda no se ha escapado a la 'tendencia' de los números rojos. Ahora se ven brotes y cifras verdes pero costará reflotar algunas empresas, levantar algunos nombres y rehacer los jirones de la Moda Española. Una moda en la que caben los creadores y las firmas, el diseño de autor y las marcas, la costura y el prêt-à-porter, el slow fashion con el fast fashion.... Y todos tienen cabida en la Mercedes-Benz Fashion Week Madrid, una pasarela que lucha contra vientos y mareas para seguir adelante. La edición de septiembre de 2021 tiene mucho bueno y poco malo: el regreso de Duyos, Teresa Helbig y Roberto Torretta contrasta con el nivel de otras firmas. Las comparaciones son odiosas pero inevitables. Al fin y al cabo, este es un escaparate.