Ana Obregón ha afrontado el duelo por la muerte de su hijo Aless con transparencia, abriéndose en canal y mostrando a la audiencia un dolor que le acompaña y que ahora es parte de su vida. Durante este tiempo, la presentadora ha podido refugiarse en las palabras de una autora fuerte y sabia, una mujer que vivió lo mismo que ella y que supo integrar ese dolor en su obra y en su biografía: Isabel AllendeHoy, Isabel cumple 79 años y recuperamos la recomendación de Ana, que se ha sentido unida a ella por una razón muy personal.
Creadora de mundos y de voces femeninas que se desarrollan en toda su complejidad y conectan con la intimidad de muchísimas mujeres, Isabel Allende nos abría la puerta a su propio drama personal en Paula, un libro que escribió. "Maravilloso", escribe en su Instagram, donde recomienda esta pieza de literatura accesible para todo el mundo. "El libro de Isabel Allende a su hija Paula que perdió..."
Paula Frías Allende quedó postrada en una cama de hospital en diciembre de 1991. A su lado, y para trabajar los sentimientos y los pensamientos que la desbordaban en semejante situación, su madre comenzó a escribir Paula, una autobiografía dirigida a su hija que pronto se convertiría en una de sus obras más vendidas. "Estaba segura de que mi hija iba a despertar, pero suponía que tal vez no recordaría su pasado y yo tendría que contárselo. Me propuse explicarle de dónde venía, cómo era su familia, quiénes éramos los que la amábamos. Cuando mi hija Paula estaba en estado vegetativo, inerte, ausente, lejana, me preguntaba. ¿Dónde estaba? ¿Qué sentía? ¿Cómo alcanzarla?"
Con su muerte, en 1992, Isabel Allende tuvo que afrontar uno de los mayores sufrimientos que puede padecer un ser humano. Pero, como de todas las tragedias y los golpes que ha encajado a lo largo de su vida, salió de este episodio llena de fuerza y de una sabiduría que a diario ayuda a otros a salir adelante. "En la vida me han pasado muchas cosas malas, las recuerdo perfectamente, pero las transformo. Lo peor que me ha pasado en la vida fue la muerte de mi hija, pero la llevo dentro como un recuerdo tierno. El sufrimiento se puede transformar en fortaleza, en memoria, en amor".
Isabel Allende dice que sigue pensando en su hija cada día y que, como su Inés del alma mía, vive rodeada de fantasmas, pero lo integra como algo natural. Ella en su novela le escribía a Paula en segunda persona. Igual que Ana Obregón, que utiliza el "tú" cuando se comunica con su hijo a través de sus publicaciones y que, como hiciese Allende, comparte con su audiencia los pensamientos que no puede compartir con él, esperando que de alguna manera la escuche, y encontrando una comunidad de gente atenta en el camino.
"Es una memoria descarnada, íntima, personal, con todo el desgarro del dolor y el terror de perder a mi hija", dice Isabel Allende sobre Paula. En el caso de la escritora chilena, el momento más difícil de su vida se convirtió en autobiografía. En el de Ana, en los mensajes que día a día nos manda y con los que mantiene viva la memoria de su hijo.
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