Alimentarse ya no es suficiente para estar bien y en forma. No se trata de ingerir calorías, hidratos de carbono, grasas, proteínas y vitaminas y creer que cada uno de estos elementos cumplirá a la perfección su tarea de combustible necesario para nuestra vida y crecimiento. No existen las dietas milagro y tampoco existe una fórmula única para conseguir nuestros objetivos. Presento a continuación unos consejos con el sello de Amelicious Delicious, válidos y aplicables a toda la familia:
1- Reducir, hasta eliminar, los alimentos procesados
Contienen la combinación perfecta de sal, azúcar, grasas saturadas y aromas adicionales para excitar el centro de recompensa del cerebro, asegurándose de esa manera que no podamos dejar de comerlos. Es por eso que debemos eliminarlos poco a poco.
2- Eliminar las bebidas azucaradas y con gas y los productos light
Estas bebidas crean adicción. Un error muy común es pensar que las bebidas light o productos “diet” u otras bebidas endulzadas artificialmente, que aseguran no contener azúcar, son mejores. El hecho de tener menos calorías, menos azúcar o menos grasas no significa ser mejor que otros. Lo importante es la calidad de los ingredientes.
3- Consumir mayor cantidad de fibra
La fibra es un tipo de carbohidrato que proviene de alimentos de origen vegetal: frutas, vegetales, nueces y leguminosas. Los alimentos que contienen fibra ocupan mas espacio que los que no la tienen y por ello producen una sensación de saciedad más duradera.
4- Dormir 8 horas cada noche
La falta de sueño tiene el mismo efecto sobre el sistema inmunológico que el estrés o una enfermedad física, lo que ayuda a explicar por qué la falta de sueño está vinculada a un mayor riesgo de enfermedades crónicas.
5- Practicar algún tipo de ejercicio físico
Tenemos que alejarnos de una vida totalmente sedentaria y hacer algo de ejercicio, mínimo 30 minutos al día. Caminar es un muy buen ejemplo.
6- Mimar los intestinos, son nuestro segundo cerebro
- 10 minutos antes de las comidas es aconsejable tomar alimentos ácidos y amargos: un vaso de agua con limón, una infusión de jengibre, pepinillos, rábanos... Nos sirven para preparar nuestro estómago para la digestión.
- Añadir hierbas digestivas a los platos: cilantro, eneldo, menta o albahaca.
- Los mejores aliados de la flora intestinal son: los alimentos probióticos naturales como kéfir, pickles o fermentados; probióticos en forma de suplemento; alimentos ricos en fibra; hidratación: beber agua entre las comidas.