El director de cine, guionista y escritor Manuel Gutiérrez Aragón nació en Torrelavega, Cantabria. Comenzó su vida profesional centrándose en la gran pantalla pero en 2008 se retiró del cine después de rodar Todos estamos invitados. Esto supuso un punto de inflexión en su vida, ya que a partir de ese momento empezó su carrera como escritor, la que desde una temprana edad reconoció como su verdadera pasión. Entonces, llegaría su premiada ópera prima titulada La vida antes de marzo. Y mientras seguía escribiendo, para deleite y disfrute de todos sus lectores, en 2016 ingresó en la Real Academia Española donde ocupa la letra "S" mayúscula. Hoy nos ha presentado en el programa De pe a pa de RNE su última creación, Rodaje, que ha sido publicada por la editoral Anagrama.
Rodaje, una fusión del cine y la literatura
Una novela que nos lleva al mundo del cine en la España tardo-franquista: "Los años 60 fueron unos años muy interesantes en Europa porque el cine cambió mucho. El cine se abrió, España menos".
Ha pasado de experimentar detrás de las cámaras en cine y trabajar en esta industria a vivir de la literatura, esto último, tal y como él nos ha confesado "es un placer en solitario". Algo curioso, puesto que cuando trabajas en la gran pantalla compartes tu tiempo con una gran cantidad de personas. Y precisamente este último libro, relata las vivencias de un estudiante de cine, alguien con el que Gutiérrez Aragón se siente identificado: "Yo recuerdo cuando estudiaba cine que me fascinaba que hubiera que trabajar y que inventar cosas con tanta gente alrededor. Las disculpas no valen nunca y en el cine menos, no hay excusas en el cine", ha expresado el autor.
¿Qué se necesita para hacer una película?
Precisamente con esta cuestión empieza la novela: "Para hacer cine se necesita poder, cuando una película va bien cuanto más dinero tienes mejor y más poder. En la literatura no, es talento y suerte. Pero en el cine se requiere una financiación fuerte. Se necesitan muchas cosas y algo de talento de paso".
Los personajes de la novela conviven con personajes reales, Bardem, Berlanga, y otros inventados : "mi primer rodaje fue El verdugo de la película de Berlanga. Yo venía del mundo de la literatura y casi me asustó que en algún momento tuviera que hacer un proceso creativo en medio de tanta gente. Todo el mundo opina y, sin embargo,es necesario poder tener la fuerza y energía para dominar todo aquello. Es como estar en una jaula con leones. Berlanga me dio clase pero nos llevaba a una cafetería que había cerca ,cada uno pagaba lo suyo, y nos preguntaba cómo había que hacer las películas".
Reflexiones sobre el cine
Que a Manuel Gutiérrez Aragón le encanta hablar sobre el cine, está claro. Algo que podemos observar en su última obra, donde encontramos profundas reflexiones sobre el séptimo arte: "Las personas quieren ir al cine y ver una mirada nueva. Es cierto, que la gente antes iba al cine con más ganas.Pero siempre ha habido un gran afecto por los actores, un gran cariño. Era un cine crítico que se apreciaba mucho porque en los periódicos no se podía hablar de la realidad pero en el cine sí. Por ejemplo, no se podía hablar de la pena de muerte, pero Berlanga en el cine hizo una crítica feroz sobre este tema", ha explicado a la directora del programa, Pepa Fernández.
Filmando la realidad
Leer u observar en la vida real determinados comportamientos humanos no nos provocan extrañeza. Sin embargo en el cine, hay que adaptar los hechos reales para que el espectador pueda consumirlos sin morir en el intento: "La realidad en crudo es muy difícil de filmar, tiene que estar cocinada, como las encuestas. La realidad tal cual en el cine no sale. Dos personas que se acaban de conocer, tienen más silencios que palabras, pero eso llevado al cine sería insoportable. Por eso se creó la música en el cine, para cubrir esos silencios".
"En el cine todo es esperar", una frase que aparece en el libro y que ha querido recoger la presentadora del programa: "Eso es una de las sorpresas que alguien que nunca ha estado en un plató de televisión o cine, siempre hay que esperar mucho. Los que están fuera del rodaje no lo entienden."
Pelayo Pelayo, el protagonista, es un principiante de guionista. Un personaje que se pasa la novela hablando en alto: "Pelayo se dice así mismo: parece que me estoy contando mi propia vida. Tiene momentos de chaladura porque habla con los espejos de los cafés. [...] Había épocas en que la gente iba al cine para aprender. Y la gente militante creía que el cine era una enseñanza. Y se adoctrinaba desde las películas", concluía el autor.
Para finalizar la charla Pepa Fernández ha querido preguntarle su suponía que Berlanga iba a ser historia viva del país: "No lo sabíamos nosotros ni él. Era un cine de comedia no el cine crítico de Bardem. Era un directo con un humor rosa, con películas corales. Pienso que fue el cambio de la sociedad española la que toma a Berlanga como referente".
Un libro que refleja costumbre como el jabón lagarto, las tómbolas, pero también describe un país gris: "las pocas cosas que había se vivían mucho, para salir de la grisura cotidiana. Los días en Madrid eran grises pero las noches eran tecnicolor".
Rodaje editado por la editorial Anagrama ya está disponible en las librerías.