La ruptura de Iker Casillas y Sara Carbonero ha desatado una ola de comentarios con un sentimiento común: ya no podemos creer en el amor. Antes que ellos, Bisbal y Chenoa o Jennifer Aniston y Brad Pitt nos rompieron el corazón con su adiós. ¿Por qué nos afecta tanto el fin de una pareja famosa?
Las redes sociales se han inundado de mensajes de tristeza después de que Iker . Y es que a pesar de que los rumores sobre el posible final de esta pareja estaban en boca de todos desde hacía meses, el golpe de realidad parece haber afectado a los fans más que a los protagonistas.
No es la primera vez que una ruptura nos rompe el alma
Pero esto no es la primera vez que ocurre. Hace años tuvo otros nombres… Aquellos ojos llorosos de Chenoa tras su ruptura con Bisbal, aquel chándal gris pasó al imaginario colectivo cual símbolo del desamor y dolor eterno. Y aunque ellos han pasado página, el público recordamos que años después vivimos el momento esperanzado de la reconciliación que pudo haber sido y no fue. Además, la cobra más famosa de la historia de la tele, de nuevo nos recordó que al parecer nada es eterno.
Chenoa y Bisbal: El abrazo del reencuentro
¿Por qué ocurre esto? ¿No será que reflejamos nuestras pasiones y deseos en otros? Pues debe ser algo así porque en Estados Unidos siguen con el deseo de que Jennifer Aniston y Brad Pitt vuelvan a estar juntos.
¿Por qué nos afecta tanto?
En Europa soñamos con volver a ver juntos a muchos de ellos, famosos que con sus divorcios nos dejaron el corazón encogido… ¿por qué lo hacemos? ¿Vivimos en una mentira? ¿Fantaseamos con la realidad para sobrellevar momentos de aburrimiento en nuestras relaciones? ¿Anhelamos ser como ellos? ¿Existe o no el amor eterno?
En general, ¿por qué cuándo nos enteramos de estas rupturas se nos rompe el alma y dejamos de creer en el amor? En ‘La Hora de la 1’ se lo han preguntado a la a la psicóloga y experta María Esclapez, que insiste en que “tendemos a idealizar las relaciones que vemos en los medios”.
La psicóloga explica que este tipo de cosas ocurren por la unión de dos factores:
- Por un lado, explica que “las personas que vemos en la tele parece que son alguien cercano para nosotros, porque nos acompañan todos los días, son casi como de la familia”. Además, en estos casos hablamos de “figuras muy queridas por la audiencia”, lo que nos hace vivirlo con más intensidad.
- Otro de los motivos es que “tendemos a idealizar las relaciones que vemos en los medios en general, porque coinciden con los mitos del amor utópico que a todos nos gustaría tener. Pero no debemos olvidarnos que es algo utópico”, señala.
En general, la mezcla de estos factores son los que nos llevan a querer que estas personas estén juntas, a que vuelvan, a no creer en el amor cuando rompen, “pero la realidad puede ser completamente diferente, porque una cosa es lo que vemos y otra cosa es lo que pasa realmente detrás”, cita la experta.
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