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La reina de las nieves

Carmen Martín Gaite, los secretos tras la fortaleza de Carmiña

Noticia   Imprescindibles  
  • Ganadora del Premio Nadal (1957), abrió caminos e inspiró a mujeres de todas las generaciones

  • Disfruta del documental La reina de las nieves, en abierto en A la carta de RTVE.es

RAQUEL ELICES
5 min.

Todo comenzó en un largo viaje al pueblo de su niñez, cuando las nubes se convirtieron en letras y su imaginación hizo que el viento trazase mil combinaciones posibles. En mitad de esa nubosidad variable, el mundo literario de Carmiña arrancó así, jugando con las palabras que bailaban en el cielo. Divertida, vital y libre, la niña a la que sus padres inspiraron con libros, independencia e igualdad, aprendió desde la raíz a ser una mujer lúcida, dueña de su propio destino.

Es muy fácil ver hoy en Carmen Martín Gaite la figura de un símbolo feminista en toda regla. Pero para ella, esa etiqueta no existía. Su fortaleza era saberse libre desde siempre, sin nombres, ni adjetivos más allá del suyo propio y el de la determinación y la perseverancia con la que se formó y ejerció su oficio más querido, el de la escritura.

Carmen Martín Gaite con sus padres

Así se convirtió en una de esas “chicas raras”, como llamaban a aquellas mujeres libres, contemporáneas de Martín Gaite, que llegaban a Madrid dispuestas a escribir y tener su propia autonomía, colándose con acierto en la bohemia cultural, mientras esperaban un porvenir. “No teníamos dinero y sin embargo lo pasábamos muy bien”, confesaba en una entrevista para el programa A Fondo de TVE, en 1981. Desde el Café Gijón de Salamanca, a La vida de buenamente de Madrid, Carmen frecuentaba los cafés literarios que iluminaron su creatividad en los años más oscuros del franquismo y que la elevaron al nivel de sus compañeros hombres.

“Las dificultades me excitan y me estimulan”

En una España en la que la mujer necesitaba autorización del marido o del padre para todo, Carmen y Rafael Sánchez Ferlosio, quien fuera su marido durante 17 años, repartían las tareas domésticas y acordaron siempre la independencia y no interferencia de sus respectivas actividades como escritores. Aún así, tal y como se cuenta en el documental, fue en secreto y a espaldas de su marido como Martín Gaite presentó Entre visillos, su primera novela, al Premio Nadal, que le sería concedido en 1958. Pero para la autora salmantina, escribir no solo era un modo de trascender, también fue la válvula de escape al dolor, el impulso de aquella primera obra, escrita tras la muerte de su primer hijo, con tan solo 7 meses de vida.

“Escribir es como coser, las puntadas son las palabras”

Decía Martín Gaite que, si pudiéramos hablar bien con toda la gente que queremos, tal cómo queremos, con tiempo para disfrutar de ello en un plazo narrativo, en una pausa segura para ser escuchados y escuchar, quizá no escribiríamos. En voz o en letras, Carmiña escribía para contarse a sí misma y contar a quienes más quiso.

“En una depuración por continuar cerca de los recuerdos de mi abuela, necesitaba conocer mejor acerca de la escritora Carmen Martín Gaite”, así comienza La reina de las nieves (2020), el documental que la nieta de la escritora salmantina, Mariela Atriles, dedicó a la memoria de su abuela, coincidiendo con el 20 aniversario de su muerte. Un recorrido que va tejiendo con puntadas y palabras la vida y obra de Carmen y Carmiña. Dos caras de una misma mujer, la de la fortaleza y la del dolor. “Demostró tener una fortaleza increíble y afrontó cosas durísimas, pero detrás de esa fortaleza había cierta fragilidad y había parte de sí misma que no enseñaba todo el rato o a todo el mundo”, cuenta el escritor Marcos Giralt Torrente en este documental.

'Imprescindibles' dedica su programa a Carmen Matín Gaite

Calila y la casa más vacía del mundo

Hay tres muertes que atraviesan la literatura de Carmen Martín Gaite. La de su primer hijo, la de su madre y la de Marta. “No he conocido una relación tan confidente y sincera entre una madre y una hija”, rememora en este documental Amancio Prada, uno de los amigos más estrechos de la familia. Referente y camino, tal y como se cuenta en La reina de las nieves, su hija fue para Calila -como la llamaba su hija Marta- el pulso más vital para sus creaciones y, tras su fallecimiento, dictó el recorrido de su obra.

Esta es mi tierra - Salamanca de Carmen Martín Gaite

“Para el alma que ella dejó de guardia permanente, como una lucecita encendida, en mi casa, en mi cuerpo y en el nombre por el que me llamaba”, es la bella dedicatoria que le hace a su hija en Nubosidad Variable (1992). Esa fue su segunda novela, tras el parón creativo que vivió Carmen después de la muerte de su hija. La primera fue Caperucita en Manhathan (1990), el libro que llevó las letras de la autora salmantina a Best Seller indiscutible. Pero sin duda, fue en La reina de las nieves donde expone todo el dolor y cierra todas las cicatrices. “En memoria de mi hija, por el entusiasmo con el que alentaba semejante colaboración”, se lee en la dedicatoria.

Una novela en la que Carmen Martín Gaite escribe lo que no puede conversar con su hija, narrándole a Marta el futuro que nunca pudo tener. Un ejercicio brillante y sutilísimo en el que sus dos virtudes, la fortaleza y la fragilidad, se funden en una obra determinante. Un libro que da nombre al documental que su nieta le brinda como homenaje, La reina de las nieves, un documental de Imprescindibles que ya puede verse en abierto en A la carta de RTVE.es.

'La reina de las nieves', cartel del documental sobre Carmen Martín Gaite

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