El 11 de febrero es el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, una fecha a recordar. La ciencia es un área de desarrollo gracias a la cual, las sociedades avanzan, ya que forma un pilar fundamental de la misma. Invertir en ella y explorar nuevas posibilidades gracias a sus investigaciones es un futuro asegurado: ‘’La ciencia es una actividad humana que nace de la observación y de la necesidad de contestar preguntas’’, asegura Raquel Yotti, cardióloga e investigadora en el Instituto de Salud Carlos III.
‘’La tecnología y la ciencia gobiernan nuestras vidas y en el futuro eso irá a más, así es que no tengo dudas de que es un área en vías de crecimiento. Por eso es imprescindible que la población esté educada científicamente, porque si no, será víctima de las pseudociencias’’, nos cuenta Adela Muñoz Páez, Catedrática de Química Inorgánica por la Universidad de Sevilla.
Científicas: el futuro es diversidad
Aunque en España podemos estar orgullosos de los y las grandes científicas que hemos tenido y tenemos, debemos ser perseverantes en cuanto a la inmersión de la mujer en este campo y su reconocimiento: ¿qué cifras manejamos?
‘Científicas en cifras 2017’
Según el informe ‘Científicas en cifras 2017’ del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades, la mujer solo representaba, por ese año, el 21% en universidades públicas, un 25% en organismos públicos y un 28% en universidades privadas. Por ello, por el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, Aquí la Tierra se ha querido acercar a este ámbito y le hemos preguntado a ellas.
‘’El mundo, a nivel global, se enfrenta a grandes retos que no podrán vencerse si no es a través de la ciencia. La pandemia ha mostrado con fuerza nuestra vulnerabilidad, pero también el poder del ámbito científico como único camino para encontrar soluciones’’, afirma la cardióloga Raquel Yotti.
Para ella, dos referentes marcaron su vida y la ciencia: en primer lugar, su madre, quien tuvo que dejar la escuela muy pronto y, tras cuidar de ella y sus tres hermanos, continuó estudiando y logró sacarse una carrera. El espíritu de perseverancia lo conoció con su progenitora. Y, en segundo lugar, Christine Seidman, una científica referente en el campo de las cardiopatías familiares.
Científicas: el futuro es diversidad
Iris Bermejo, doctora en Química e investigadora por la Universidad de Viena, nos cuenta: ‘’Durante mis estudios he tenido como referentes a algunos de mis profesores, pero en su mayoría hombres. No ha sido hasta que me he dedicado profesionalmente a la investigación cuando he descubierto a otras investigadoras que me han servido de inspiración.’’
‘’Por este motivo, creo que es muy importante aún hoy en día visibilizar a mujeres que trabajen en ámbitos tradicionalmente masculinos, como la investigación o la ingeniería. Si nosotras hemos podido, ¿por qué tú no?’’.
Efectivamente. Mujeres como ella, como Margarita Salas, bioquímica y pionera con su investigación en la ADN polimerasa; María Blasco, bióloga molecular o Rosa Menéndez, química orgánica y primera mujer en presidir el CSIC desde su creación en 1939, son los ejemplos que, a día de hoy, se siguen necesitando ver.
Un camino hacia la igualdad
Rosalía Poyato, Científica Titular en el Instituto de Ciencia de Materiales de Sevilla, apunta a la diversidad. Que los más pequeños, sobre todo, aprendan que tanto hombres como mujeres trabajan en equipo: ‘’Personalmente no tuve ningún referente femenino, creo que es muy necesario que los jóvenes actuales tengan buenos referentes científicos tanto femeninos como masculinos. Pienso que la sociedad debe percibir la realidad de la gran cantidad de grupos de investigación y laboratorios en los que trabajan en colaboración tanto hombres como mujeres.’’
Científicas: el futuro es diversidad
Muchas parejas y equipos, en un pasado, trabajaron codo con codo de esta manera: grandes mentes masculinas apoyando a grandes mentes femeninas, como el caso de Marie Curie y su marido, Pierre Curie; o Mary Somerville y su segundo marido, William Somerville, quien fue un apoyo fundamental para la científica.
En el futuro cabemos todos, esa es una verdad innegable. Aunque muchos reconocimientos femeninos han llegado tarde debido a que firmaban o bien con iniciales o con nombres masculinos (o no se les reconocía por ser mujer), mostrar tanto a niños como a niñas que las científicas han dejado una gran herencia en el desarrollo, es una motivación y enseñanza para ellos: si aprenden que el futuro es igualdad, los sacrificios del pasado habrán valido la pena.