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El bohemio número 10

La faceta más íntima y bohemia del periodista Manu Leguineche

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  • Se cumplen 7 años de la muerte del jefe de la tribu, símbolo de honestidad y verdad en el periodismo

  • Descubre la parte más íntima de un cronista que vivió por y para la noticia

  • No te pierdas el documental Manu Leguineche. El bohemio número 10 en el Imprescindibles de este domingo, a las 21.30 en La 2

RAQUEL ELICES
4 min.

Bautizado por sus compañeros como "jefe de la tribu", Manu Leguineche fue uno de los reporteros más sobresalientes de la segunda mitad del siglo XX hasta nuestros días. Para él, acercarse a la verdad era un oficio que solo podían desarrollar aquellos que impregnaran sus crónicas con honestidad, imparcialidad y coherencia profesional. “No siempre se acierta y no siempre se puede ser objetivo, pero lo que sí debe hacer el periodista es jugar limpio con el lector”, escuchamos decir a Leguineche al inicio del documental El bohemio número 10, de Víctor López, que estrena en abierto Imprescindibles de La 2.

Un hombre que siempre supo mantener el entusiasmo y la curiosidad propia de un niño y que defendía cada día aquella frase tan certera del poeta Rainer Maria Rilke, "mi infancia es mi patria". Lo cuenta en este documental Javier Reverte, amigo y compañero de Leguineche que recupera retazos íntimos de su infancia en Arratzu, País Vasco. “Crecimos en una España dura y miserable y sobre todo en una España que nos negaba lo que necesita cualquier ser humano y sobre todo un niño que es el hecho de moverse libremente, de respirar libertad”, cuenta Reverte. ¿Pero cómo llega uno a convertirse en un bohemio de 10 este referente del periodismo? Repasamos 5 claves Imprescindibles de Leguineche.

La infancia, la patria de Manu Leguineche

1. Si has de dar la vuelta al mundo, hazlo en un Jeep

Esa ansia de libertad fue la que le empujó a recorrer cada rincón del planeta. “Un día me pregunté: ¿yo qué hago aquí? Yo quiero dar la vuelta al mundo, que va a ser no solo lo más divertido, sino seguramente para lo que yo quiero ser más útil”, cuenta en El bohemio número 10. Y así se fue, como un explorador incansable, ávido de historias. Así nace El camino más corto, el relato sobre la vuelta al mundo que dio Manu Leguineche en coche junto a varios periodistas norteamericanos. Una obra seminal en la literatura de viajes española. Una narración clave para entender al futuro corresponsal de guerra, que cubrió entre otros conflictos las guerras de Vietnam, Líbano, Afganistán, Bangladés o la de Nicaragua.

Manuel Leguineche

2. La literatura en Mobylette

“Todos los días se iba con tres o cuatro libros atados y ese era su día maravilloso”, cuenta su hermana. Entre esos libros algunos de Miguel Delibes, una figura clave para comprender la carrera periodística de Leguineche. Manu, llegó al Norte de Castilla después de haber interrumpido sus estudios en Derecho en Deusto, para desarrollar su gran pasión. La relación entre ambos llegó a ser tan estrecha que, tal y como cuentan en el documental, Leguineche siempre tuvo en mente al escritor en los momentos más cruciales de su vida.

Manu Leguineche, Norte de Castilla

3. Convierte tu casa en un club social

Allí se reunía toda la gente para comer, para tomar copas, para charlar. Una puerta abierta a familiares y amigos como Juan Cruz, Javier Reverte, Pilar Cernuda o Gervasio Sánchez. Todo el mundo tenía una llave en su casa de Madrid, para que cuando él se marchase sus amigos podían quedarse en ella. Un hogar lleno de libros y charlas con gente de la cultura. “Aparecía por allí gente insólita, de la literatura, del cine”, cuenta Pilar Cernuda. Entre ellos, Fernando Fernán Gómez, Pilar Miró, Oriana Fallaci, Jesús Hermida… Una infinidad de nombres del mundo intelectual del momento que convirtieron su casa en un efervescente lugar de bohemia.

Manuel Leguineche y Miguel Delibes

4. Ser un alma libre

Ama y deja ser amado a lo largo de su vida, pero se mantiene sin ataduras. “Es muy difícil. Porque está ansia de libertad que tienes, no te gusta que lleguen las barreras y que lleguen las preocupaciones”, confesaba Leguineche. Aún así, no le faltaron ganas de escribir aquel El club de los faltos de cariño, y como cuentan en El bohemio número 10, rara era la noche que no iba en busca de un acompañante de mus, para no pasar la noche solo.

Manu Leguineche, un alma libre

5. Romanticismo de periodista pop, redacción de humo y coñac

¿Recuerdan la redacción de Primera Plana de Billy Wilder? La que puso en marcha Manu Leguineche en Colpisa durante doce años, entre 1970 y febrero de 1982, se le parecía mucho. Una tribu con el ardor de wiski aún en la garganta, con la que este vasco universal tejió un grupo humano de periodistas y camaradas. “De repente Manu decía que jugábamos al mus y se paralizaba todo y jugábamos al mus”, cuenta Cernuda. Siempre buscando la noticia en la conversación y en la verdad. Colpisa era el lugar de los últimos románticos, pequeña y en la que apenas se ganaban dos duros. Pero por las oficinas de aquella primera agencia de noticias española pasaron los más grandes periodistas del momento, entre ellos Paco Umbral.

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