¿Sabemos todo sobre los alimentos integrales? ¿Los tomamos para adelgazar? Para muchos, integral es sinónimo de sano. El problema lo descubrimos cuando bajo la etiqueta de "integral" se esconden otros ingredientes no tan recomendables. Analizamos en La Hora de La 1, con Ángela Quintas, química y experta en nutrición, los etiquetados de los diferentes productos integrales.
"Hay que fijarse bien en que la harina principal sea integral"
El pan es uno de los alimentos estrella de nuestra dieta. Se ha puesto muy de moda tomar el pan con semillas o multicereales. Ángela Quintas nos ha enseñado a identificar los ingredientes poco recomendables que se ocultar tras la palabra "integral". La diferencia entre un alimento integral y otro no integral es la harina que lleva. "Hay que fijarse bien en que la harina principal sea integral", ha declarado Ángela Quintas. Uno de los principales problemas es que nos engañan con los ingredientes principales que contienen estos productos integrales. Esto se traduce en que el elemento inicial que aparece en el etiquetado es el principal, por ello si es pan integral, debería aparecer como ingrediente inicial, la harina integral.
Además, muchos panes tienen aceites refinados por lo que no son interesantes desde el punto de vista nutricional.
Marta Verona te cuenta los trucos del etiquetado
3 partes dentro del grano de trigo
El grano total integral está dividido en 3 partes:
- La parte central que es la que contiene más vitaminas.
- La parte del endospermo: que solo contiene hidrato y proteína.
- Capa de salvado.
“Cuando tomamos un grano integral estamos tomando las tres partes”, ha explicado Ángela Quintas. Sin embargo, cuando el grano es refinado “solo tomamos la parte central y nos perdemos todo lo demás”.