Han bastado nueve palabras para desatar miles de comentarios. "No he estado con Sara todo lo que debería", dijo Iker Casillas en una entrevista que le hizo la revista Semana. Una frase que ha levantado un tsunami de comentarios que dejan caer, protegidos por la palabra 'supuesta', una crisis en el matrimonio. Llevan casados desde marzo de 2016 y ahora la prensa rosa, y la amarilla, analizan cada palabra, cada gesto y cada movimiento de la pareja: todo vale para hablar de ruptura o distanciamiento. Se dice que Iker ha comprado una casa en Madrid y que la ha puesto solo a su nombre, algo que tiene muchas lecturas y no necesariamente relacionadas con una separación. Y además estos días se les ha visto en lugares distintos.
Han estado juntos en Corral de Almaguer, la localidad de Castilla-La Mancha en la que el matrimonio compró una casa en 2016 (allí han pasado algunas navidades en familia). Luego Iker se ha desplazado solo a Navalacruz, el pueblo de sus padres y abuelos en el que veraneaba de niño y que en 2010 le nombró Hijo Predilecto, dejando a Sara con los niños, Martín y Lucas. Y ha sido esta situación la que se ha interpretado como una 'supuesta crisis'. Casillas ha optado por guardar silencio, como siempre ha hecho ante los rumores. Pero Sara ha tomado cartas en el asunto y como dicen que una imagen vale más que mil palabras ha compartido una fotografía en Navalacruz. Así deja constancia de que de nuevo estaban todos juntos y que el distanciamiento es, como parece, una invención de la prensa ávida de titulares en este verano atípico.
Iker Casillas y Sara Carbonero, que están juntos desde principios de 2010, llevan más de un año batallando contra la adversidad. En mayo de 2019 el futbolista sufrió un infarto mientras entrenaba con su equipo en Oporto. Tan solo quince días más tarde la presentadora entraba en quirófano donde la operaron de un tumor. "Cuando aún no nos habíamos recuperado de un susto, la vida nos ha vuelto a sorprender. Esta vez me ha tocado a mí, esa dichosa palabra de 6 letras que todavía me cuesta escribir. Hace unos días en una revisión, los médicos me vieron un tumor maligno de ovario y ya he sido operada. Todo ha salido muy bien, afortunadamente lo hemos pillado muy a tiempo pero todavía me quedan unos meses de lucha mientras sigo el tratamiento correspondiente. Estoy tranquila y con la confianza de que todo va a salir bien. Sé que el camino será duro pero también que tendrá un final feliz. Cuento con el apoyo de mi familia y amigos y con un gran equipo médico", decía entonces.
Un año más tarde, en una entrevista que le hizo la revista ELLE, Sara señalaba la importancia de su familia en su recuperación. "La vida me ha recordado que no se puede controlar todo y que hay que vivir el presente con intensidad. El amor lo es todo. No podría vivir sin él. Mi familia es mi mayor suerte", contaba. Pero días después era el cumpleaños de su hermana y Sara felicitaba a su hermana por su cumpleaños con una emotiva y reveladora carta.
"Nunca te has quejado de nada, siempre has estado al pie del cañón con una palabra positiva y un buen gesto, aun cuando la espalda se resentía de las noches de sofá en el hospital, o cuando el mismo día que empezabas un nuevo trabajo llena de ilusión, me operaron y tuviste que cambiar tus planes", sigue escribiendo la presentadora. "¿Qué hay hoy en la tele? ¿Te doy un masaje?, decías, y de repente la peor de las experiencias se convertía en un mero trance. Ahora, desde la calma y la perspectiva que nos ha dado el tiempo, podemos decir que lo logramos juntas, porque sin ti no habría podido".
Quizá Iker leyó esta carta, publicada en Instagram, y pensó que no había estado lo suficientemente cerca de su esposa debido a sus compromisos profesionales. Quizá Iker entonó el mea culpa. Quizá Iker ha dicho lo que hubiese dicho cualquier persona cuando se echa la vista atrás. Quizá, solo eso.
Tras cinco años en Oporto Sara e Iker y sus hijos vuelven a Madrid. ¿Pero dónde van a vivir? Se dice que podrían instalarse en la casa de la urbanización La Finca, en Pozuelo de Alarcón, y otros apuntan a que podría ser en la que Iker ha comprado, un piso en la zona del Parque del Oeste, cerca de Moncloa. Una zona que está cogiendo fuerza ya que muchos famosos desean evitar los desplazamientos en coche y prefieren estar más cerca del centro, donde atienden sus compromisos profesionales y su vida social. Su regreso a Madrid vuelve a ponerlos en el centro del huracán mediático. Seguro que echan de menos la calma y la tranquilidad de la que tanto disfrutaban en Portugal. Ese slow life (vida relajada) de la que tanto presumía ella en las redes sociales será ahora un bonito recuerdo.