Jesús del Pozo es considerado una figura fundamental dentro del mundo de la moda en los últimos 40 años. Uno de los más importantes diseñadores contemporáneos, tanto en el aspecto creativo como en innovación. Sus señas de identidad fueron el volumen de las prendas, los colores y las texturas.
Capaz de jugar con formas geométricas imposibles y cortes asimétricos que nos muestran un estilo inconfundible de su gran personalidad como diseñador. Pocos creadores podían hablarle a los tejidos como Jesús del Pozo. Pertenecía a una estirpe en peligro de extinción, donde las paredes de los talleres escuchan ópera, y los artistas de la ropa cincelan sus diseños sobre el maniquí de madera.
Al igual que Ungaro, Saint Laurent, Givenchy, y, claro, Balenciaga, el diseñador madrileño trabajó gran parte de su vida colocando los materiales sobre los lomos de los burros del atelier para expresar lo mejor de su saber hacer y dar rienda suelta a su expresividad. Pura poesía al servicio de la mujer.
Un maestro para las siguientes generaciones de diseñadores
Sin duda, el maestro ha pasado a la historia de la moda española con todo tipo de honores, aquellos de los que él huía, y su sello e impronta serán recordados siempre. Siguiendo la célebre frase de Cristóbal Balenciaga, un buen costurero debe ser arquitecto de la forma, pintor para el color, músico para la armonía, y filósofo para el equilibrio. Jesús del Pozo aglutinaba toda esa sabiduría. Uno de los diseñadores emblemáticos de la pasarela del Ferrocarril, posteriormente de la pasarela Cibeles y finalmente de Cibeles Fashion Week. Siempre sorprendía y jamás defraudó. La moda de hoy en día le debe mucho a este diseñador madrileño artífice del nacimiento de un diseño de vanguardia en los años 80.
Recibió numerosos galardones y reconocimientos
Fue el primer diseñador de moda que recibió la Medalla de Oro al Mérito de las Bellas Artes, en 1998. Pero no fue su único reconocimiento. En 1989 obtuvo el Premio Nacional Cristóbal Balenciaga y en 1981 fue galardonado con la Aguja de Oro. En 2014 recibe el Premio Nacional de Moda por su labor de recuperación de la excelencia de las técnicas artesanales españolas y su adaptación innovadora al patronaje más contemporáneo. Vistió por igual escenarios bohemios y eventos reales. Diseñó vestuario para cine teatro y televisión. Diseñador preferido de su gran musa Ana Belén. Suyos eran los uniformes que se lucieron en el pabellón de España durante la Exposición Universal de Sevilla, así como el vestuario de Carmen de Bizet en el Teatro Real o la ópera Farnace de Vivaldi.
Sus inicios en el mundo de la moda parece que estaban predestinados. Nación en la madrileña calle Almirante y fue precisamente en la misma calle donde abrió su primera tienda y de la cual se convirtió en su emblema. Comenzó confeccionando ropa para hombre, pero su don pronto comenzó a vestir a la mujer y sus sueños. Él mismo solía decir que creaba para una mujer elegante, que se arreglaba para si misma y que no buscaba disfrazarse.
Llevó el Made in Spain alrededor del mundo con orgullo y elegancia
Contribuyó de manera especial a la profesionalización del sector. A finales de los años 90 fue uno de los impulsores de ACME, asociación que presidio hasta el año 2004. Junto con Roberto Verino y Ángel Schlesser manifestó su disconformidad con la pasarela Cibeles y mostro sus colecciones en paralelo entre 1999 y 2001. Una época muy dura y a la vez enriquecedora y excitante como él mismo la definió.
Fue uno de los diseñadores que más creyó siempre en un proyecto de trabajo común entre los diseñadores españoles. Preocupado siempre por la docencia y por transmitir su buen hacer a los jóvenes que se quisieran dedicar a esto, Jesús del Pozo fue profesor de diferentes escuelas de diseño, donde compartió su experiencia. Hasta hace muy poco tiempo, en España no teníamos buenas escuelas. En 1992 salió a la venta su primer perfume, Duende, abriendo una nueva etapa en el negocio. Posteriormente le siguieron hasta una docena de fragancias, así como gafas de sol, vajillas y relojes. Supo ver la moda más allá de las prendas de vestir.
Fue de los primeros diseñadores en apostar por el mercado nupcial. Supo desarrollar una colección alrededor de una idea estética y construir una empresa con diferentes líneas, proyectándola a nivel internacional y llevando con orgullo el Made in Spain alrededor del mundo. Exquisito hasta el final, se fue como siempre quiso, y como siempre fue. Un tipo sigiloso, breve, sin dar noticia de su enfermedad, el 13 de agosto de 2011.