Alexa Chung se ha convertido un año más en la modelo de referencia de las cangrejeras, la polarizante prenda que reaparece año tras año en las colecciones del verano. Su colaboración con JuJu ha arrasado en la tienda online, después de repetir una campaña en su Instagram con la que reivindica la versatilidad y la ironía de estas viejas conocidas: en PVC con purpurina, como el modelo tradicional para niñas, pero elaboradas a partir del reciclaje de los restos de la fábrica textil, parece que sus 'jelly shoes' han venido para quedarse.
Su marca no es la única en ofrecer una versión reinventada de estas sandalias. Mientras Alexa reivindica el kitsch infantil y su integración más británica en el vestuario —su marca vende también unos calcetines para adaptar las cangrejeras al entretetiempo, como sus compatriotas vienen haciendo—, otras firmas exploran versiones más adultas o rediseños en piel. Gucci vende su modelo en PVC por quinientos euros, superado aún por el de The Row, la marca de las gemelas Olsen. Pero Zara, Primark y otras firmas low-cost ofrecen versiones asequibles para calzarnos como las it girls más nostálgicas.
Las cangrejeras llegaron en los años 80 con la fiebre del plástico y los acabados sintéticos, y nadie imaginaba que lo hacían para quedarse. Triunfaban por su adaptación al pie, por su carácter anfibio y por su precio: en los sitios de playa, estas sandalias cerradas se venden prácticamente a granel, como las chanclas. Eran ideales para los niños, se aseguraban con una tira alrededor del tobillo y protegían sus pies al bañarse, así que su carácter práctico mantuvo su omnipresencia durante décadas... sin necesidad de reivindicar su virtud estética.
Ahora, la generación de influencers y diseñadoras que se criaron con este calzado le han añadido a la prenda el valor del paso del tiempo. Su apreciación irónica de la cangrejera, una idea "tan equivocada que acierta", según Alexa, sube el precio y afirma el carácter de quien la lleva. Ya no es sólo para lo que sirve, sino a qué nos recuerda: a la infancia, libre y despreocupada, con su textura de goma y su olor a plástico suave.
Las cangrejeras originales a bajo coste siguen estando a la venta, sin alterar y por menos de 10 euros de mano de firmas como Sun Jelly, especializadas en plástico. Pero, aunque la moda del acabado sintético, el PVC y el vinilo esté de vuelta, estos materiales no tienen la misma fama que con su irrupción en los años 40, 50 y 60. Alexa Chung publicita su modelo entre el bosque y el océano para tranquilizarnos: sus 'jelly shoes' están elaborados con material reciclado y son una segunda vida para el plástico que se desecha en la fábrica de JuJu.
Otras firmas como Prada trasladan la peculiar forma de la cangrejera a materiales y acabados más adultos, alejándose del 'feísmo' que publicitan los rostros más jóvenes. Su modelo para este verano, en ante dorado y plateado, reafirma las probadas posibilidades de este zapato fuera de esta línea de la reapropiación irónica y los recuerdos de Mallorca.
Zara, en su nueva colección de sandalias, bebe también de la cangrejera para inspirar sus modelos y las remezlca con distintos acabados y materiales: zapatos de tiras y de vinilo, con o sin plataforma, zuecos de plástico o sandalias de imitación piel que se agarran al tobillo. Los modelos originales, en colores neón o con purpurina, quedan reservados en estas tiendas de a pie de calle para su línea infantil. En la gama de precios más baja, Primark ofrece sandalias de plástico y unas cangrejeras discretas de imitación ante, un buen básico fácil de combinar para el fondo de armario.
Y el potencial inspirador de estos zapatos no parece agotarse: el último reinvento de las cangrejeras viene de mano de Adidas, que ha presentado un nuevo diseño de su modelo Superstar con acabado 'jelly' en varios colores flúor y un todo nude más discreto. Aún está por ver cómo de cómodas son estas deportivas de plástico, pero el resultado de la fusión es interesantísimo y muy atractivo.
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