Al Bano y Romina eran la pareja perfecta, no es un secreto para nadie. Tenían química dentro y fuera del escenario, estaban conectados y se notaba en sus miradas allá donde fueran. Sonrisas cómplices, bromas compartidas, gustos idénticos... ¡La lista se hace larga! Hasta que la misteriosa desaparición de su hija Ylenia de 24 años en 1994 rompió a la familia.
Un amor de acción
Se conocieron en el rodaje de la película Nel Sole en 1967, ella tenía 16 años y él 24. Al Bano nos cuenta que los últimos tres días fueron muy intensos llenos de caricias, besos y amor. Después Romina se marchó, desapareció sin dejar rastro, lo que dejó al cantante muy apenado. No tenía explicaciones, simplemente se había ido.
No tuvo noticias de ella hasta ocho meses después y fue la tía de Romina quien le guio de vuelta a él. Ella echaba las cartas y un día estando juntas le vieron por la televisión cantando y le dijo "llámale, porque es el hombre de tu vida". Romina llamó al hotel de Al Bano y se produjo el reencuentro.
Romina reconocía tiempo después que lo suyo "había sido cosa del destino, de la magia que se produce a veces entre dos personas".
La boda del momento
Empezó siendo una relación que todos pensaban que no iría demasiado lejos y acabó en un embarazo. Romina tenía 18 años cuando en medio del mar Egeo le confesó a Al Bano que creía que esperaban una niña. A pesar de lo joven que era no fue ningún disgusto para ellos y juntos decidieron casarse. Fue una boda épica con más de 30.000 personas esperando a las afueras de la iglesia el día de la boda, en el momento cumbre del "sí, quiero" todos corearon las respuestas de Al Bano y Romina. "Es un momento inolvidable en la vida de un hombre", nos dice Al Bano. Fue un sueño cumplido, se unía así al gran amor de su vida.
Un amor con las familias en contra
Romina venía de una familia conocida en todo el mundo, su padre era el conocido actor Tyrone Power y su madre otra belleza de Hollywood, Linda Christian. Eran una de las parejas estrella del mundo del cine, y por eso Linda consideraba que Al Bano no era suficiente para su pequeña. "Su mamá no veía en mí el príncipe azul para su hija, porque demasiado negro para ser azul y demasiado blanco para ser negro" así lo contaba el cantante en una entrevista. De hecho su madre le recomendaba "usarlo durante un tiempo y después dejarlo", por suerte Romina no estaba de acuerdo con su madre. Ella decidió seguir a su corazón.
No se queda ahí, la madre de Al Bano también tenía sus reticencias. Consideraba que los americanos no respetaban el matrimonio, y por si fuera poco tenía una opinión bastante negativa de las actrices, "no tienes que estar con actrices, son todas mezza puttane (medio putas)" le decía. Sin embargo, una vez pasado el problema inicial, Romina y la madre de Al Bano congeniaron a la perfección, "fue como la madre que nunca tuvo" dice Al Bano haciendo referencia a las ausencias de Linda en la vida de Romina.
La tragedia que les separó
Eran la pareja perfecta y sus hijos solo hicieron más perfecta aquella imagen. Cuatro hijos que les dieron alegrías y les acompañaron en todas sus giras y viajes. Consideraban que los viajes formaban parte de "la escuela de la vida", en uno de esos viajes Ylenia, la mayor de todos, consiguió aprender ruso en tan solo un mes. "Era un genio" dice su padre de ella.
Su felicidad se rompió para siempre cuando Ylenia desapareció con 23 años en circunstancias extrañas en Nueva Orleans, el 6 de enero de 1994. Tanto Al Bano como Romina se volcaron en su búsqueda, siguieron cada pista que podía acercarles al paradero de su hija e incluso ofrecieron una recompensa, pero nada fue suficiente. En 2014 firmaron los papeles que cerraban el caso y oficializaban la muerte de Ylenia.
Las diferencias entre Romina y Al Bano se hicieron evidentes desde el primer momento, ella mantenía la esperanza mientras él se resignaba a creer la verdad. Fue entonces cuando el matrimonio se separó, una decisión que Al Bano nunca llegó a entender y que le rompió en pedazos.
Al Bano se tuvo que enfrentar a la desaparición de su hija y al abandono de su gran amor. Fueron años muy duros para el cantante que se refugió en su religión para encontrar el consuelo de Dios. Él nos explica "si sabes bien qué es la cristiandad, tú sabes que el hijo de Dios ha sido matado", dice haciendo referencia a su dolor.
Un reencuentro esperado
La pareja estuvo veinte años sin verse, pero el momento tan esperado llegó cuando en 2013 un empresario ruso consiguió reunirles sobre el escenario. El primer sorprendido fue Al Bano, que no se creía que Romina hubiese aceptado volver a cantar juntos, "no sé el motivo por el que vino, pero vino". Fue un primer encuentro bastante extraño, pero actuación tras actuación la pareja volvió a sentirse cómoda hasta tal punto que el cantante nos confiesa: "me he dado cuenta de que en el escenario somos perfectos, como si nada hubiera pasado".
Cualquiera que les vea podrá observar cómo se miran y la complicidad que aún tienen. Una química que va más allá y que sigue viva tantos años después. Los ojos de Al Bano parecen decir que aún hay algo más que amistad y es que es imposible intentar olvidar al gran amor de su vida. Verse este año en San Remo ha sido como un chute de energía para el italiano, quien aún encuentra en Romina su fuente de inspiración.