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Esther Cañadas, el regreso más esperado y deseado

  • La top española se retiró en 2014 y ha vuelto a la pasarela como estrella del desfile de Balmain

  • Ha compartido protagonismo con históricas modelos como Helena Christensen y Liya Kebede

RAFAEL MUÑOZ(@MUNOZ_RAFA)
4 min.

Las supermodelos están de vuelta. En Milán, Donatella recurrió a Cindy Crawford, Claudia Schiffer, Naomi Campbell y Helena Christensen y Carla Bruni para recordar a su hermano Gianni cuando se cumplían veinte años de su muerte. En Madrid, Juan Duyos celebró dos décadas de moda con Judit Mascó, Helena Barquilla, Marina Pérez, Cristina Piaget, Verónica Blume, Almudena Fernández, Vanesa Lorenzo, Madeleine Hjört, Laura Sánchez y Nieves Álvarez. En ninguno de los dos desfiles estuvo Esther Cañadas y en ambos se notó su ausencia.

Cañadas dejó las pasarelas en 2004, aunque años más tarde hizo alguna colaboración con diseñadores amigos, como Custo Dalmau. "Únicamente para gente que de verdad admiro. Creo que cada momento tiene su etapa y es algo que me encanta, pero ahora no es mi prioridad", decía a EFE en 2010. Luego ha vivido a alejadas del mundo que conquistó con una mirada felina, unos labios enormes y una forma de caminar que hipnotizaba a la prensa y al público. Formó parte del cuarteto de oro junto a Nieves Álvarez, Eugenia Silva y Laura Ponte. Pero Esther era la que daba las zancadas más largas y eso, al menos durante un tiempo, hizo que llegara más lejos.

Esther Cañadas ha cerrado el desfile de Balmain. AFP

Ahora, con 42 años, ha dicho sí a la casa Balmain que se suma a la moda que hay ahora de llamar a supermodelos de décadas anteriores para que desfilen junto a las nuevas generaciones. La española ha compartido protagonismo con modelos tan famosas e importantes como Liya Kebede, Julia Stegner, Caroline Ribeiro y Helena Christensen, aunque ha sido ella la que ha tenido el prilegio de cerrar el desfile. "¡Hoy ha sido un día muy especial! Olivier Rousteing eres un genio. El mundo necesita más personas como tú para ser un lugar mejor. ¡Ha sido un placer que me eligieras para cerrar tu desfile!"

Tiene un emotivo vínculo con la casa francesa ya que a finales de los 90 y en 2000 trabajó con ellos, cuando Oscar de la Renta era el director creativo. Esther era la gran modelo y su caso es casi único ya que hizo de todo, y mucho, en poco tiempo. Trabajó con los diseñadores más clásicos y elegantes y con los jóvenes rebeldes y rupturistas. Reencarnó el minimalismo y la sofisticación, era perfecta con Yves Saint Laurent y con John Galliano, con Prada y con Roberto Cavalli.

Nació en Albacete y con tan solo 14 años se trasladó a Barcelona persiguiendo un sueño: ser modelo. Lo logró pero hasta límites que ni siquiera ella imaginó. Ha habido modelos que han tenido más aceptación en Nueva York, otras que han trabajado más en París o Milán. Pero ella saltaba el charco continuamente. Arrasando a su paso, trotando de desfile en desfile. Su relación profesional con Donna Karan fue intensa y duradera y Esther se trasladó a Nueva York.

Era un animal de pasarela, verla en movimiento era todo un espectaculo, pero también tenía fotogénia. Su rostro era un potente reclamo para las campañas de moda y tenerla en la portada de la revista era un éxito asegurado. Su mirada, sus labios, su cuerpo casi invertebrado... Esther parecía de otro planeta, un ser sobrenatural. Y así la inmortalizó Peter Lindbergh en una de las sesiones más fascinantes y recordadas de la historia.

A su lado estaba su pareja, Mark Wanderloo. Pareja artística y sentimental. Fueron los más grandes, juntos y por separado. Se casaron en 1999 y se dijeron adiós 18 meses después. A finales del 2000 hizo una sesión de fotos con José Coronado para la revista Elle. De ahí salió una portada mítica y una breve pero intensa relación. En 2007 se unió al piloto de motos Sete Gibernau tras cuatro años de noviazgo. En 2008, un año más tarde, se separaron. Esther, como las demás supermodelos, ha probado suerte en el cine. Tuvo un pequeño papel en El secreto de Thomas Crown, junto a Pierce Brosnan, y en España rodó Torrente 2 y Trileros. Un año después de rodar esta última tuvo a su hija, Galia Santina, y ahí decidió dejar la moda.

Ha mantenido siempre una buena amistad con Ricky Martin y también con Jon Kortajarena. Cuenta Esther que, animada por el modelo vasco, se ha abierto una cuenta de Instagram y la respuesta ha sido fabulosa. Nadie ha olvidado a la Cañadas, ni los diseñadores ni el público. Quizá este pequeño regreso, aunque grande para sus fans, marque una nueva etapa y siga los pasos de Naomi Campbell por las pasarelas más importantes, gustando a los de antes y a los de ahora.

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