Habla muy deprisa, encadenando una idea tras otra, sin dejar de sonreír. Quizá son los nervios. La influencer María Pombo se enfrenta a la prensa para presentar la primera colección de su nueva firma de moda con la que hace guiños a las actrices y cantantes que bailaban en la mítica discoteca Studio 54 de Nueva York, como Grace Jones, Farrah Fawcett, Jerry Hall, Bianca Jagger…, las chicas más influyentes de aquella década prodigiosa, al menos para la moda. “Cada prenda tiene el nombre de una de ellas. Yo no las conocía, las he conocido ahora", revela. "Es una colección muy fresca, sencilla y tiene un punto especial. Está inspirada en los años 70 pero la siguiente que lancemos puede estar inspirada en los 80 o en otro tema. Eso lo va a decidir la gente. Igual que han escogido el nombre de la firma”.
Se refiere a sus seguidores, a las chicas y chicos que cada día siguen sus pasos a través de su cuenta de Instagram. Una legión de más de un millón de personas a las que ha querido agradecer el apoyo constante que le han dado hasta ahora. Porque ahora María Pombo inicia una nueva etapa. “No es que quiera desligarme. Estoy muy orgullosa de ser influencer pero quiero hacer otras cosas por si el mundo de las redes sociales se pasa de moda”.
Es consciente de que la fama es efímera y por eso se adentra en la moda con este proyecto. Cuenta con un socio y un potente equipo de diseño. “Yo me encargo de la publicidad y de darle un empujón. Yo soy muy creativa, lo he sido siempre. De pequeña no me gustaba estudiar, me montaba mis propias películas y estaba todo el día haciendo dibujito. Era muy trasto”, reconoce.
Yolancris vistió a María Pombo en su boda.
Luego llegó la facultad y el amor. Su relación con el futbolista Alvaro Morata la catapultó a la fama virtual y su boda con el empresario Pablo Castellano fue todo un acontecimiento en redes sociales y, para asombro de muchos, en la prensa escrita. Es decir, en papel. “A partir de la boda la gente me conoce mucho más. Yo sabía que en mi comunidad y entre mis seguidores iba a tener repercusión pero no sabía que iba a llegar a tanto”.
- ¿Tienes algún recuerdo de aquel día que no esté en Instagram?
- ¡Qué va!, si es que lo comparto casi todo.
El resto, lo que se guarda, es un 20% de su vida y queda para ella y los suyos. “Son problemas o enfermedades, porque tampoco tengo necesidad de contar mis desgracias para que se hagan más grandes y al final pasarlo peor. Lo poco que es malo lo guardo para mí".
Ahora sube los detalles de la colección que presenta y que enseña a un equipo de rtve.es. “Yo tengo ya una firma para gente joven pero quería tener otra para gente un poco más mayor. Los precios no son tan bajos como la otra. Todo es asequible pero no superbarato”.
La moda es, por ahora, su plan B. Ese que se tiene por si falla el principal. “Soy muy consciente de que puedo pasar de moda mañana o en un año y que nadie se acuerde de mí, o de dejar de gustar. Y no sé si estaré preparada cuando llegue el día. Vivo al día y no tengo mi futuro planeado”.