La familia Pantoja cierra filas en torno al estado de salud de Doña Ana. Las caras de preocupación y el silencio se hacen protagonistas a la entrada y a la salida de su hijo Agustín y su nieta Anabel Pantoja. Isabel Pantoja, por su parte, no se ha separado del lado de su madre y ha cancelado todos los compromisos profesionales para estar con ella día y noche.
Ni Anabel ni Agustín Pantoja han querido hacer declaraciones en sus apariciones por el hospital. Quien sí se ha pronunciado es Kiko Rivera. Reconoce estar en uno de sus peores momentos al tiempo que agradece al público la asistencia a uno de sus conciertos este fin de semana.
Tanto él como Irene han amanecido con un desayuno para dos con el que celebran su tercer aniversario de boda. Lo han recordado en Instagram, donde ella tira de poses y él lanza un mensaje enfadado. “Nunca me subestimes cuando me veas en silencio. Sé más de lo que digo, pienso más de lo que hablo y observo más de lo que imaginas”.
Mientras tanto, su hermana Isa está a sus cosas. Eso sí, muy cerca de la clínia de Jerez de la Frontera donde está ingresada su abuela. El bolo de este sábado estaba a poco más de media hora. Aun así, la reina de hielo ha sido hasta ahora la gran ausente en las visitas. De hecho, le incomoda bastante que le pregunten por Doña Ana.
La madre de la artista
Son el ejemplo del amor inquebrantable entre madre e hija, ese que a veces parece pasar por crisis cíclicas en su relación con Isa P. Entre Doña Ana e Isabel Pantoja nunca ha habido tiranteces; desde sus inicios profesionales es y ha sido su máximo apoyo. “Sin ella sería imposible que Isabel Pantoja estuviera aquí esta noche”, decía la cantante durante uno de sus conciertos.
De hecho, al principio fue algo así como una especie de madre manáger por la que tenía que pasar todo aquel empresario que quisiera contratar a Isabel. Quería cuidar al detalle la inocencia de la única niña entre sus cuatro hijos, a los que tuvo que sacar adelante vendiendo verdura cuando su marido enfermó de hepatitis.
Desde entonces hasta hoy, su máxima con respecto a su hija ha sido callar todo lo que otros miembros de la familia “han cantado” sobre la vida en Cantora y demás capítulos relacionados. Nunca se ha visto a Doña Ana en una televisión ni en la prensa. Mismos medios de comunicación que Agustín y Kiko no dejaron que su abuela tuviera noticias durante la estancia de Isabel en prisión. Eran conscientes de que para la cantante, el posible sufrimientos de su madre era la peor condena posible.
Y si para Pantoja su madre siempre ha sido fundamental. Tras su estancia entre barrotes se ha apegado más todavía en ella en estos años en los que se ha reducido drásticamente su círculo de amigos. Años en los que Isabel le ha podido dedicar a su madre el regreso a los escenarios, que no se quiso perder en el casino de Aranjuez a pesar de su delicada salud. Desde entonces, poco más se ha visto a Doña Ana fuera de Cantora, donde tanto su hija como el resto de la familia confían en que pueda regresar en los próximos días.