Querer mantenernos en un peso adecuado está muy bien, no solo por estética sino sobre todo por nuestra salud, el problema surge cuando estamos dispuestos a casi todo con tal de adelgazar. Y más en esta época en la que empezamos a pensar en la playa, la piscina y en nuestro aspecto con el bañador. Vamos a explicar los peligros de las dietas milagro, que no solo son falsas sino que además pueden suponer un grave riesgo para tu salud.
Son muy fáciles de identificar
Afortunadamente, es muy fácil adivinar qué dietas nos prometen resultados que no son reales… Y deberías huir de ellas. Algunas de las “banderas rojas” que nos pueden dar pistas son:
- Que te promete adelgazar rápidamente. Piensa en el poco sentido que tiene, si has tardado meses o años en engordar, ¿cómo vas a ser capaz de perder todo el peso que te sobra en tan solo unas semanas? Y desde luego no de forma saludable.
- Que lo podrás conseguir sin esfuerzo. Esto es algo muy relativo, pero lo que está claro es que no vas a poder bajar de peso si no cambias tus hábitos. Y eso, al menos al principio, puede resultarte más o menos complicado. Todo es cuestión de habituarse.
- Suelen incluir testimonios de gente famosa o de personas con las que podemos empatizar porque su supuesta situación se parece a la nuestra. ¿Hace falta que te digamos que la mayoría de las veces son falsos?
Las dietas que se centran en un solo alimento
Cuidado también con aquellas dietas giran en torno a tipo determinado de producto, ya sea para convertirlo en el principal de nuestra alimentación o para no tomarlo bajo ningún concepto. Obviamente, si conseguimos adelgazar porque solo estamos comiendo pomelo, piña o pepino, es precisamente por eso. Porque solo estamos tomando un alimento y no porque tenga propiedades adelgazantes en sí.
No solo pasamos hambre sino que no estamos introduciendo todos los nutrientes que necesitas. Además, normalmente se indica seguir este tipo de dietas solo durante una semana o un corto periodo de tiempo. Esto es una medida de salvaguarda para quienes la recomiendan, porque si se extendiera nos expondríamos a sufrir graves déficits nutricionales.
En definitiva de lo que se trata es de aprender a comer mejor. Seguir unos hábitos saludables y ser capaces de adherirnos a ellos es la mejor clase de dieta que podemos seguir.