Pastora Soler, una de las artistas referentes del panorama nacional se cita en su casa de Sevilla con Cayetana Guillén Cuervo para homenajear a su madre en Cena con mamá. “Mi madre que se llama Pilar como yo, es un pilar fundamental en mi vida porque ella está mucho con mi hija ahora que tengo mucha actividad frenética”. La cantante ha decidido sorprender a su madre con una cena homenaje porque “se ha dejado muchas cosas en el camino y ha vivido siempre para nosotros, para mi padre y para sus hijos”. Asegura que desde pequeña siempre ha visto mucho amor en casa entre sus padres y que siempre le han inculcado mucho respeto. Destapándose emocionalmente, Pastora cuenta que su padre lucha contra un cáncer de sangre desde hace 10 años. La familia entera, junto a la madre y los tres hijos, están más unidos que nunca.
Repasando sus inicios, Pastora recuerda que su abuela fue la primera que descubrió su don por la música “fue la primera que creyó en mí, le decía a mi madre que cantaba muy bien”. En los inicios de su carrera, la cantante ya homenajeó a su madre desde niña cuando sacó su primer disco llamado “Gracias Madre” en 1988.
La cantante asegura que empezó a encontrar su identidad artística a los 19 años, con Fuente de luna y ahí empezó a darle prioridad a su carrera musical. Uno de los momentos más personales de la entrevista con Cayetana Guillén Cuervo fue cuando Pastora le habla sobre su retirada: “Un día me desmayé en el escenario y cuando volví empecé a tener una serie de inseguridades que nunca había tenido. Después, en Málaga, me falló la voz y ahí me dije a mi misma que se acabó”
Pero en esta vida todo pasa por algún motivo, “fue dejarlo y al mes siguiente quedarme embarazada”, desvela que entonces puso el foco en su hija y le ayudó mucho para crecer en lo personal lejos de las cámaras y de los focos.
Llega el momento de preparar la sorpresa a su madre. La artista quiere prepararle una cena que le recuerde a su infancia en Sevilla. Con la ayuda de Carlos Maldonado, ganador de MasterChef3, preparan un menú que consta de tres platos: de primero, snack de patata con choco en forma de niguiri, de segundo plato prepararon una ensalada de carrillera con vinagreta de pistachos, y, de postre el favorito de su madre helado de vainilla con bizcocho de vainilla y bourbon y tierra de aceitunas negras.
Con los fogones ya en marcha, y ante la sorpresa del Chef, Pastora admite que no suele cocinar… ¡incluso nunca había rallado un tomate! Mientras cocinan el menú para la madre rememora, junto a Cayetana y Carlos, uno de los momentos más significativos de su carrera: su paso por Eurovisión. “En Eurovisión ya no estás cantando como Pastora Soler sino que estás representando a España, es super emocionante de verdad”
Con los platos ya servidos, la cena se hace de lo más acogedora. Pilar cuenta con nostalgia algunos momentos entrañables de su hija: cómo fueron sus inicios sobre los escenarios, cómo vivió la mudanza a Madrid junto a su hija para apoyarle en su carrera y apostándolo todo por ella y a todo lo que tuvo que renunciar para que Pastora pudiera cumplir su sueño.
En ocasiones los hijos heredan cualidades de los padres y el caso de Pastora Soler es una de ellas. El momento con más arte del programa es, sin duda, después del postre. Madre e hija sacan a relucir sus dotes artísticas y juntas entonan una copla que deja sin aliento a la mismísima Cayetana.
Para terminar la sorpresa, Pastora tiene preparada una emotiva carta a su madre. Le agradece su amor, su trabajo y su dedicación por la familia y le pide que siga siendo una mujer feliz por muchos años más. Finalmente, con las lágrimas a flor de piel, ambas se funden en un intenso abrazo.