La depresión es un trastorno del cerebro, el órgano más complejo de todo nuestro organismo. Es nuestro director de orquesta y funciona a modo y semejanza de un ordenador; las neuronas se comunican mediante neurotransmisores, como la serotonina, y la depresión es una carencia de ellos.
El psiquiatra Enric Álvarez define el cuadro médico de la depresión
Las personas enfermas de depresión reconocen a nuestra cámara que el estigma les persigue; es difícil, nos confiesan, que la sociedad considere la depresión un problema de salud mental. “Olvídate, sal y distráete… eso es lo que nos dice la gente… pero es que yo no me puedo olvidar, porque vive dentro de mí y la depresión me aplasta”, dice Isabel, con una depresión severa cronificada. Maica, otra paciente, explica que sólo tiene ganas de estar en cama pero confía en volver a remontar su montaña rusa personal. “Confío en mi, creo que voy a salir de esta”, nos susurra antes de entrar a terapia psicológica.
Maica tiene diagnosticada una depresión severa; la sufre desde hace más de 15 años
El catálogo de medicamentos de las mal llamadas “pastillas de la felicidad” aumenta exponencialmente con el paso de los años. España se encuentra en el Top Ten mundial en cuanto al consumo de antidepresivos. En la última década, el consumo de este tipo de medicación se ha triplicado. También la de los ansiolíticos, según datos de la Agencia Española de Medicamentos. Los médicos de familia son los que tienen discernir entre lo que es un malestar de la vida o lo que puede ser una enfermedad como la depresión.
Los médicos de familia reconocen dificultades para discernir el diagnóstico entre lo que llaman ¿el malestar del vida¿ o un trastorno depresivo