Llegan las vacaciones, hacemos maletas en un santiamén y con todas las ganas del mundo nos vamos a hacer turismo rural para despejar la mente de tanto trabajo ¡que ya toca! Llegamos a nuestro lugar de destino (una casa en la montaña, en un pequeño pueblo de la sierra para descansar, un apacible chalet con piscina en el monte…). Y, entonces, parece que nos olvidamos de que las vacaciones son nuestro nuevo hogar y, a menudo, derrochamos muchos más recursos de los que debiéramos, dejando una huella en la sostenibilidad de este lugar ¿No lo habéis vivido nunca?
¿Cómo puedes hacer turismo rural y que sea sostenible?
Te proponemos un decálogo con buenas prácticas y recomendaciones para los viajeros
No solo durante la estancia, también durante la planificación del viaje y el regreso
Este año ha sido declarado por Naciones Unidas como el Año Internacional del Turismo Sostenible para el Desarrollo.