'La maja vestida' y 'La maja desnuda' son dos de las obras más representativas de Francisco de Goya y Lucientes. En 1815, la Inquisición le convocó para conocer la identidad de la dama y el nombre de quien había hecho tal encargo. El pintor no confesó ni una cosa ni la otra. Fue su hijo quien, en una reseña biográfica, hizo referencia a "las dos Venus que poseía el príncipe de la Paz".
Cabe destacar el revuelo que causó "La maja desnuda". Hay quienes creen que la modelo fue la duquesa de Alba pero, en 1870, Pedro de Madrazo, hijo del director del Prado, sugirió que podría tratarse de Pepita Tudó, la amante Manuel Godoy. Se dice que Goya modificó la cabeza de la mujer para esconder los rasgos de la modelo, pero las últimas radiografías que se han realizado al lienzo demuestran que el cuerpo fue pintado de una sola vez.
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