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La casba rebelde

  • En Portada muestra la Casba de Argel como una metáfora de la propia Argelia

Esther Vázquez
5 min.

Ficha técnica

GUION: ESTER VÁZQUEZ

REALIZACIÓN: ÁNGEL BARROSO

PRODUCCIÓN: ANA PASTOR /LOURDES CALVO

IMAGEN Y SONIDO: FERNANDO BRIOLES E IRENE MARTÍN

MONTAJE: Nuria Torres

La casba de Argel es mucho más que una medina, mucho más que el barrio más antiguo de la capital y más que el lugar reconocido en 1992 por la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad, por su interés cultural e histórico.

La casba es el corazón del país y late en función del propio sentir de Argelia. Un pulso que se ha mantenido en paralelo con los acontecimientos más sobresalientes de su historia.

En la guerra de la Independencia, la casba se convirtió en el símbolo de la resistencia argelina, por sus angostas calles los guerrilleros sabían sortear los controles que el ejército francés había establecido por toda la barriada y por las azoteas de sus casas escapaban ante la mirada atónita de aquellos paracaidistas franceses, que llegaron a mediados de la década de los cincuenta con el objetivo de desmantelar la cúpula del Frente de Liberación Nacional.

La casba tenía entonces una entidad propia, era el resguardo de la población árabe, los vecinos más antiguos cuentan cómo la solidaridad era una ley y cómo lucía entonces este viejo barrio con sus calles limpias y su olor a jazmín y café árabe.

En Portada - La Casba rebelde (Making of)

El tiempo ha deteriorado el espíritu de la casba

Pero el tiempo ha ido deteriorando no solo los edificios sino el propio espíritu de la casba. Después de la Independencia, los antiguos pobladores de la casba la abandonaron para irse a vivir a las casas coloniales del barrio europeo, mientras gente de otros lugares ocupaba las casas vacías y poco a poco empezó a transformarse el barrio en un lugar abandonado y superpoblado, un refugio para las clases más humildes. Cerraron sus cafés, desaparecieron muchos de sus artesanos y comenzó el olvido.

Llegaron los años de plomo, la década negra, un tiempo en el que la desconfianza se apropió de todo y de todos y en la casba las puertas que siempre habían permanecido abiertas, se cerraron. Un tiempo que nadie quiere recordar pero, que está muy presente en la mente y la conciencia de cada argelino.

Un amargo período que ha dejado muchas heridas abiertas, de ese dolor saben mucho las familias de los desaparecidos, más de 15.000, según las estimaciones de las principales organizaciones humanitarias, que han escuchado desgarradores testimonios de padres y madres que siguen buscando a sus hijos más de veinte años después de que desaparecieran.

El tiempo se para en la casba (Foto de Ángel Barroso)
En la casba todos se conocen (Foto de Ángel Barroso)
Las nuevas puertas de la casba (Foto de Ángel Barroso)
Los gatos siempre presentes en la casba
Las puertas siempre abiertas (Foto de Ángel Barroso)
Las casas de la casba se caen (Foto de Ángel Barroso)
Comerciantes de la casba (Foto de Ángel Barroso)
El haik, vestimenta tradicional argelina (Foto de Ángel Barroso)
Volviendo a casa (Foto de Ángel Barroso)
Escaleras por toda la casba (Foto de Ángel Barroso)
Patios de las casas (Foto de Ángel Barroso)
MIradas de la casba (Foto de Ángel Barroso)
MIradas de la casba (Foto de Ángel Barroso)
Los niños de la casba (Foto de Ángel Barroso)
Por las calles de Argel (Foto de Ángel Barroso)
Una vista de Argel (Foto de Ángel Barroso)
MIradas desde el balcón
Pasadizos de la casba (Foto de Ángel Barroso)
Basuras y escombros en la casba (Foto de Ángel Barroso)
Bandera argelina (Foto de Ángel Barroso)

Actualmente reina la incertidumbre

En la casba hoy en día hay incertidumbre, un momento de desconcierto que refleja a la perfección la complicada situación que vive el país. El presidente Abdelaziz Bouteflika que, sufrió en 2013 un derrame cerebral, se encuentra en un delicado estado de salud, que le mantiene prácticamente fuera de la escena pública, dando lugar a toda serie de rumores y especulaciones sobre el futuro. A ello, se añade una complicada situación económica después de la caída del precio del petróleo, su principal fuente económica.

La casba se derrumba, escombros, basura, los distintos proyectos de restauración solo son parches que no evitan su deterioro. Todos aman la casba pero ésta agoniza mientras se espera, aunque no se sabe muy bien qué.

Su espíritu rebelde, es de lo poco que aún queda en pie. Ese mismo que ha hecho posible que el barrio haya resistido y renacido de los peores momentos.

Un espíritu, que dicen que surgió cuando los colonos franceses construyeron el frente marítimo que le privó a la casba del acceso al mar y le arrebató su tradicional modo de vida. Y así nació esa rebeldía, cuando la casba dejó de mirar al mar.

Minarete en la casba (Foto de Ángel Barroso)
Los gatos acompañaron todo el rodaje (Foto de Ángel Barroso)
Las escaleras siempre presentes en la casba (Foto de Ángel Barroso)
Rodando en la casba (Foto de Ángel Barroso)
Rodando en la casba (Foto de Ángel Barroso)
Argelia la blanca ( Foto de Ángel Barroso)
Rincones de la casba (Foto de Ángel Barroso)
Deterioro y olvido en la casba (Foto de Ángel Barroso)
Imágenes de la casba (Foto de Ángel Barroso)
La casba a través de la cámara (Foto de Ángel Barroso)
Hospitalidad de la casba (Foto de Ángel Barroso)
Cada calle, una historia (Foto de Ángel Barroso)
Las escaleras comunican la casba alta y la casba baja (Foto de Ángel Barroso)
Rodando en la casba (Foto de Ángel Barroso)
Los burros ayudan en la limpieza (Foto de Ángel Barroso)

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