Venecia, la ciudad eterna de amor donde navegan las góndolas de los canales, recibe a Sophie con su incesante trajín de barcos y su olor a mar.
Guiada por Gianantonio, un músico local, Sophie y Pongo descubrirán ruidos y los sonidos de los canales y callejones esta ciudad. También les descubre el placer de perderse en los jardines secretos de Venecia, y les conduce hasta el pequeño mercado al que acuden los venecianos que no han sido desterrados por el turismo y los precios desorbitados.
Luego, en el otro lado de la laguna, Sophie descubre la isla de Sant 'Erasmo, el "huerto de Venecia". Allí conoce a Carlo, un horticultor que cultiva exquisitas verduras que luego vende en la ciudad.
Mas tarde Sophie aprenderá el arte de remar, “la Boga”, de la mano de Gloria, una gondolera que se ha ganado un lugar en un mundo de hombres. El viaje terminará con el descubrimiento de un arte especial: el cristal de Murano.