¡Atención obras!
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Son tres chicas de armas tomar. Por un lado las dos bandoleras protagonistas de la obra de Lope de Vega. Por otro, dirigiéndolo todo, una de las incontestables directoras teatrales de este país, pocas, muy pocas lamentablemente. Carme Portaceli lleva toda su vida en esto de la escena, demostrando una y otra vez su talento, y regalándonos con su nueva obra el arrollador verso de Lope de Vega.
“homenaje a todas las mujeres de la obra de Lope“
Carme, junto a Marc Rosich en la adaptación, persiguen con “Las dos bandoleras” hacer un homenaje a todas las mujeres de la obra de Lope, mujeres fuertes, rebeldes y llenas de determinación. Una postura por parte de Lope que no deja de extrañar, teniendo en cuenta la azarosa vida del llamado “Fénix de los ingenios y monstruo de la naturaleza”, según Cervantes. También pretenden los dos dramaturgos explicar el bandolerismo como un fenómeno sociológico, producto de la miseria y la injusticia.
Estas hermanas, humilladas y deshonradas por los hombres se echan al monte para buscar venganza, asesinando a todo hombre que se les cruce en su camino.
Todo se contextualiza con la preciosa propuesta escénica de Paco Azorín, la iluminación de otra mujer de armas tomar, María Doménech, una de las pocas chicas en el gremio, y el vestuario de mi queridísimo Antonio Belart, que confieso que me dan ganas de encargarle unos estilismos como los de la obra. (Esos pantalones y chaquetitas de las chicas son maravillosas y la mar de “Trendy”).
No puedo dejar de mencionar la interpretación del excepcional Helio Pedregal, perfecto y entrañable en su papel de padre de las muchachas; acompañado impecablemente por los miembros de la Compañía Nacional de Teatro Clásico.