Televisión

Mercedes aleja aún más a Antonio de su vida sacando su ropa fuera de casa

  • "El telón histórico de este capítulo coincide con la llegada del Papa"

  • Mercedes no deja de imaginárselos desnudos

  • Paz y Antonio se citan en la cafetería de Galerías Preciados

ADRIANA JIMÉNEZ
5 min.

Pocas veces hemos visto a Mercedes tan dolida. Solo han pasado dos días desde que se enteró de la infidelidad de Antonio con Paz pero para ella, parece haber pasado una década entera.

Nunca se había planteado la posibilidad de que alguien pudiera llegar a entrometerse entre ellos, confiaba en un amor incorruptible y, sobre todo, en la familia que con tanto ahínco había construido junto a él. Con todo este derrumbe emocional y presa del dolor que siente por el engaño, decide sacar toda la ropa de Antonio de los armarios y tirársela en el descansillo.

El guionista del capítulo, Eduardo Ladrón de Guevara, explica cómo “el telón histórico de este capítulo coincide con la llegada del Papa Juan Pablo II a España en cuyo mensaje destaca la indisolubilidad del matrimonio”.

Merche se ve incapaz de perdonar a Antonio

“Hay una escena, a mi entender tremenda, donde Antonio, desde el balcón de casa de Miguel, escucha cómo Mercedes le cuenta a su madre que se cree incapaz de perdonarle. Además, le confiesa que no puede quitarse la imagen de la cabeza de imaginarles desnudos”, explica Eduardo.

“Antonio tiene esa sensación de culpabilidad que experimentan los adúlteros sin experiencia porque el adúltero con callo sabe cómo salir de estos aprietos”, añade.

Moisés Ramos, director del capítulo, menciona el flaco favor que le hacen Miguel, Desi y Ramón, al intentar animarle con su visita. “Acaba viéndose abocado porque no deja de plantarse gente en la casa de su hermano con ganas de celebrar su soltería”, comenta. Mientras ellos se divierten cantando “Clavelito”, Merche lo oye todo desde el piso de abajo y se le rompe aún más si cabe el corazón.

Los infieles se reencuentran en Galerías Preciados

La otra cara de la moneda, Paz, se siente aturdida con todo lo que ha pasado. No sabe cómo afrontar esta situación, tan nueva para ella como para Antonio. Una noche se arma de valor y le llama para preguntarle cómo le va, aunque se conforma con oír su voz...

“No se les vuelve a ver juntos hasta el momento en que se encuentran en la cafetería de Galerías Preciados”, apunta Moisés.

La conversación termina convirtiéndose en un atragantamiento de preguntas a las que no son capaces de dar respuesta. ¿Qué caminos van a tomar? ¿Cómo van a enfrentarse a las circunstancias que les aquejan? ¿Quieren realmente continuar su romance?

Eduardo confía en que “necesitan apoyarse el uno en el otro en estos momentos. Las miradas de complicidad que comparten cuando se ven, lo dicen todo”.

Sin embargo, Antonio sí quiere hablar con su mujer aprovechando la invitación al cumpleaños de su hija pequeña, María. Dentro de él, se está librando una batalla entre su amor por Mercedes y su “enamoramiento” con Paz.

Antonio se ve obligado a marcharse de casa el día del cumpleaños de María

Con Juan Pablo II como hilo musical de una comida de cumpleaños "inolvidable", va cargándose el ambiente por momentos. “Parece que todo lo que va diciendo el Papa en la televisión relacionado con el matrimonio está hecho para los Alcántara”, asegura Moisés.

El hecho de que Antonio se pase toda la comida quitándole importancia a lo que ha pasado, es lo que más molesta y hiere a Mercedes.

“En este caso, creo que los silencios son más significativos que los textos. Había que mostrar todo el conflicto desde la mirada de cada uno de ellos pero siempre primaba la de la niña”, explica el director.

Moisés cuenta cómo Paula Gallego (María), estaba tan compungida por todo lo que estaba pasando que, de la tensión acumulada y de los silencios que se creaban, en cuanto cortaba la toma, lloraba. “La pena es que no siempre podía grabar lo que se desataba después de cortar el plano”, señala entre risas.

La inocencia de la juventud

Uno de los momentos más graciosos del capítulo es la conversación que mantienen María y su vecina hippie en el descansillo sobre los paradigmas del amor. “Gala es una niña que por ser hija de quien es, ha visto muchas cosas”, comenta Moisés.

La pequeña hippie quiere practicar el amor libre porque un hombre para toda la vida le resulta aburrido, mientras que María se niega a creer eso, “sigue pensando que el amor tiene que durar”, apunta.

Eduardo añade que, además, “sabe una cosa y es que lo que más le gusta a los hombres, como ella dice, son las tetas de una mujer. De ahí el nombre del capítulo, ‘Más que dos carretas’”.

Marta Altamira, el gran amor de Toni

Toni se lleva una de sus mayores desilusiones al descubrir, gracias a un reportaje que está preparando su compañero de redacción, que Marta pudo ser uno de los confidentes en la Brigada Político Social durante los últimos años del franquismo.

“Ambos compartieron intereses políticos, lucharon codo con codo en las manifestaciones y confiaron plenamente el uno en el otro, así que supone un duro golpe para él”, cuenta el director.

Inés y Paolo, juntos pero no revueltos

Inés coincide, por segunda vez, con el actor italiano en un rodaje. “Todo parece que va viento en popa y que puede haber una relación entre ambos pero cuando ya está todo hecho y los astros se alinean para que acaben “encamaos” resulta que a este hombre le gustan otros hombres”, comenta sonriendo Moisés.

No solo la engaña invitándola a cenar con intenciones de compartir algo más que los platos de la mesa sino que, además, le pide dormir con ella para que los paparazzi crean que han tenido un affaire. Inés, que ha vivido de todo, no se molesta y le hace el favor para esconder la homosexualidad de Paolo.

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