"Hoy declaro la guerra por mar y por tierra contra el rey de Portugal y contra todos mis desleales". Desde el momento en el que el Fernando pronuncia estas palabras, los leales a los recién proclamados Reyes de Castilla comienzan a reunir sus tropas para formar a un ejército lo más numeroso posible.
Es hora de entrar en batalla y si importante son las estrategias y las armas, no lo son menos las armaduras. ¿Cómo eran las utilizadas en aquella época?
Lo primero que nos apunta Teresa Cunillera, asesora histórica de 'Isabel', es que "no existía un ejército uniformado"; dependiendo del escuadrón al que pertenecieran su "indumentaria" era distinta:
- La caballería pesada, como su propio nombre indica, estaba formada por nobles con armaduras muy "pesadas", armados de "punta en blanco". "Son las armaduras que encontramos en los manuales", apunta Cunillera.
- La caballería ligera, que montaba a la jineta (arte de montar a caballo que consiste en llevar los estribos cortos y las piernas dobladas, pero en posición vertical desde la rodilla), se distinguía por su movilidad y capacidad de reacción, su equipo era también ligero.
- Los peones, la infantería que se reclutaba entre el pueblo llano, iban protegidos con casco, con petos de cuero fortalecidos con piezas de metal o cualquier pieza gruesa que pudieran utilizar como protección. Había grupos más preparados, como los vascos y los asturianos que tenían un nivel mayor de organización y de equipamiento.