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Hamlet, hoy, sigue dudando

  • Te presentamos la versión más transgresora del clásico de Shakespiare

  • Ximo Flores dirige el montaje, en cartel hasta 31 de marzo en Madrid

  • CONTENIDO EXTRA: Mira una de las escenas más conocidas de la obra

MACHÚS OSINAGA / ¡ATENCIÓN OBRAS!
2 min.

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Hamlet, retrato de familia

Dónde: Teatros del Canal (Sala Verde). Madrid.

Fecha: Del 20 al 31 de marzo de 2013.

Horario: De martes a sábado a las 20.30 h., y domingo a las 19 h.

Entrada: Entre 7 y 22 euros.

Tengo que confesar que siempre me recorre un escalofrío cuando compruebo, una vez más y gracias a los autores clásicos, que el ser humano sigue siendo el mismo siglos después de su aparición en el planeta. Las mismas miserias y las mismas glorias se repiten una y otra vez a pesar de los avances tecnológicos, culturales y científicos.

Es por esto que grandes como Shakespeare no pasan nunca de moda. Y menos cuando la mirada que se le dedica utiliza nuevos lenguajes escénicos a través de la luz, las proyecciones y música potente en directo. Y un joven príncipe que lleva el pelo largo y camiseta de Nirvana. Eso es lo que nos regala Ximo Flores con su Hamlet, retrato de familia.

Así es 'Hamlet, retrato de familia'

Esta transgresora revisión respeta férreamente el texto del bardo inglés, siempre una delicia para nuestros oídos, y además el director valenciano añade un nuevo concepto de fondo: la Generación Hamlet. A saber, esa generación de jóvenes paralizada, incluso desactivada, y totalmente al margen del devenir del mundo, tanto en su vertiente política como económica. La del siglo XVI y la del XXI, inquietantemente parecidas.

"¿Qué es mejor para el alma, sufrir los golpes de un destino espantoso o declarar la guerra a la duda, lanzarse a la pelea y así acabar con ella? Morir, dormir. Nada más. Y pensar que con un sueño se acaban los tormentos, herencia de la carne. Morir, dormir, ¿dormir? Quizá soñar. Ese es el enigma".

Hamlet, príncipe de Dinamarca

Tras esta pausa para recordar uno de los bellísimos fragmentos de la obra, seguimos. El director pone en esta pieza el foco en la desorientación que viven el joven príncipe danés y Ofelia, atrapados en un mundo decadente y corrupto. Quiere destacar el conflicto generacional que flota en la obra de Shakespeare. Personas que tienen claro lo que no quieren, pero que no saben cómo conseguir lo que ansían. No obstante, no está todo perdido. Lo que desearía Flores, es que la solución no esté, al igual que en las tragedias "shakespirianas", en un final sangriento. Yo tampoco.

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