Felisa hace repetir una y mil veces a Estrella su visita a Miguel en la cárcel. Se descubre la verdad sobre la extraña historia del coche fúnebre robado: era parte de una trama para hacer contrabando de harina eludiendo la tasa municipal sobre el tráfico de mercancías. Sebas se limitó a dejar hacer, a cambio de una sustanciosa compensación, y acaba siendo detenido por Vallejo. Leandro, inyectado con el preparado 213, empieza a sufrir sus efectos: en un rapto de locura, desarma a un sargento y trata de matarlo. Miguel se interpone y recibe el disparo. La noticia de la aparición del cadáver de la estación de Canfranc llega a los periódicos: se sabe ya que el arcón donde viajaba el cadáver se facturó en Madrid. Gerardo parte para Berlín, tras despedirse de su hermana y de la familia de Chelo. Viktor intenta agilizar la venta del sello, quiere salir de España cuanto antes. Se disculpa con Rubín por haberle hecho víctima de su mal carácter.