'Documentos TV' estrena esta semana 'El lavado de cara ecológico de Total', una investigación periodística que revela la descomunal producción de combustibles fósiles por parte del gigante petrolero francés y el rastro de contaminación, especulación y violación de derechos humanos que su negocio propaga por el mundo. La multinacional dice estar acometiendo la transición energética y apostando por las renovables para limpiar su imagen.
Los científicos llevan años advirtiendo del desastre que supondría para el planeta una subida de la temperatura superior a 1,5ºC. Pero, en 2021, el consumo mundial de carbón, petróleo y gas batió todos los registros históricos. Los expertos coinciden en que la inmensa mayoría de las emisiones de CO2 a la atmósfera proceden del sector energético. Sin embargo, las petroleras continúan produciendo 100 millones de barriles al día y las transiciones energéticas no se están llevando a cabo con la rapidez que el cambio climático exige.
Al contrario, “muchas multinacionales del petróleo y del gas intentan encontrar la manera de mantener los combustibles fósiles en el centro de nuestros sistemas”, denuncia la investigadora Amanda Levin en ‘El lavado de cara ecológico de Total’, la investigación que ha conseguido sacar los trapos sucios de la multinacional del petróleo francesa que dice estar comprometida con la sociedad y preocupada y concienciada por el cambio climático, pero que produce tan solo el 0,38% de su energía a partir de las renovables.
Los periodistas lograron entrar en el gigante francés de los combustibles fósiles, que ha construido su imperio produciendo petróleo y gas en 130 países. En 2021, se convirtió en la poderosa TotalEnergies con unos beneficios de 16.000 millones de dólares. Sus ingenieros dicen estar convencidos de la conversión de la petrolera en una empresa verde. “Quiero reducir las emisiones de Total en un 40% y ser uno de los mayores productores mundiales de energía renovable”, declaraba Patrick Pouyanné, presidente y director general de TotalEnergies.
Sin embargo, el gas y el petróleo están en el centro de sus actividades con macroproyectos de producción de crudo y gas en Uganda, Argentina, Estados Unidos, el Mar del Norte y Nigeria, entre otros, con las consecuencias asociadas de contaminación, corrupción, especulación y violación de derechos humanos que conlleva el negocio petrolero.
‘El lavado de cara ecológico de Total’ revela cómo de alejada está realmente la petrolera de la opción verde. Es una poderosa compañía energética que jugó años atrás la carta negacionista y que se ha visto obligada a proyectar una imagen acorde a las exigencias del momento.