Vestido totalmente de negro bajo una luz blanca cenital ha comenzado Blas Cantó su primer ensayo para la gran final del Festival de Eurovisión 2021. Un momento íntimo y lleno de emoción protagonizado por un prolongado a capella en el que la impecable voz y la mirada de Blas se convierten en el perfecto hilo conductor de la historia personal que hay detrás de ‘Voy a quedarme’. “Me he emocionado. El escenario es espectacular”, ha confesado Blas.
Blas Cantó durante su primer ensayo en Róterdam Raúl Tejedor (RTVE)
Inicio y fin ‘a capella’… y la luna
La propuesta española creada por Marvin Dietmann apuesta por el protagonismo de Blas, su voz, y la historia detrás de su canción: un sentido homenaje a su abuela, una de las personas más importantes de su vida.
Para que el mensaje de su canción llegue a los espectadores de toda Europa, ausencia de artificios: la desnudez de su voz al inicio y al final de su interpretación se convierten en las mejores bazas. Durante el desarrollo, cuando comienza a crecer y cobrar fuerza la luna… Un eclipse que va iluminando la escena a través de un elemento físico, de 7 metros de diámetro, sobre el escenario del Ahoy Arena con proyecciones mapping de diferentes texturas.
Otro de los elementos claves de la canción de ‘Voy a quedarme’ reside en los coros, que cobran un sutil protagonismo a partir de la segunda parte. Además de los coros presenciales y en directo, Blas Cantó ha optado por incorporar coros pregrabados, una medida que estrena el Festival en esta edición y que, en opinión del cantante, aporta “modernidad y frescura” al festival.
Junto a Blas en Róterdam estarán, aunque no se les verá sobre el escenario, sus cinco coristas Alba Gil, Héctor Artiles, Daira Monzón, Irene Alman y Dángelo Ortega.
Blas posa para los fotógrafos tras su primer ensayo Raúl Tejedor (RTVE)
Blas Cantó: “Es el momento de mi vida”
Tras el primer ensayo, turno para el primer encuentro con los medios internacionales acreditados. Un tiempo para compartir sus primeras sensaciones con los que siguen el evento in situ y con los que, debido a la pandemia, lo siguen de manera online desde todos los rincones del mundo.
“Cuando era un niño me imaginé en sueños estar en este escenario. Y ha sido impresionante. Los sueños se hacen realidad, me he sentido genial”, ha afirmado Blas.
“Estoy feliz, tenemos que ajustar muchas cosas de sonido, cámaras... pero me siento bien porque cuento mi historia. No es fácil, es duro, pero tengo que admitir que, si pienso demasiado en la historia tras la canción, lloraría todo el tiempo. Prefiero pensar en la gente que está aún con nosotros y hacerlo lo mejor posible con ellos”, ha explicado.
“La canción dice “haré todo lo que pueda por ti, como si tengo que bajar el cielo”... Es lo que prometí a mi abuela. Yo la siento a ella conmigo. Para ser honesto es muy difícil estar aquí. Pero quiero estar aquí por ella”, ha confesado un emocionado Blas entre lágrimas. “Lloro todo el rato. Pero no quiero llorar en el escenario porque es el momento de mi vida”, concluye.
Y en cuanto a la capella con la que inicia y finaliza ‘Voy a quedarme’: “Quería mantener esa sensación de cantar sin nada más, como cuando empecé. Traer ese momento de cuando era niño a Eurovisión”.