Construidos en el siglo XIV, en época de Muhamad V, los Baños Reales de la Alhambra adquieren ahora un nuevo explendor tras la restauración de sus cubiertas en las que las filtraciones habían hecho mella. Los trabajos han permitido combatir las humedades y resaltar el lucernario por el que la luz iluminaba las salas y les daba una tonalidad diferente a lo largo del día y en cada época del año como señala Pedro Salmerón, arquitecto de la Alhambra.
Aún queda pendiente una segunda fase de restauración en la que se trabajará entre otros puntos, en los paramentos y en la zona de la caldera, hoy desparecida, además del Hipocausto. Los trabajos que han durado dos años y en los que se han invertido cerca de un millón doscientos mil euros permiten también abrir un nuevo campo a la investigación de estos baños medievales únicos en Occidente.