En octubre de 1982, por primera vez desde el inicio de la Transición, un partido ganó por mayoría absoluta en unas elecciones generales. La victoria del Partido Socialista Obrero Español supuso un cambio para el país, pero no trajo la desaparición de la violencia terrorista.
En estos años ETA comete sus indiscriminados grandes atentados (Hipercor, Casa Cuartel de Zaragoza, Casa Cuartel de Vic, Plaza de la República Dominicana en Madrid), con un método que se generaliza: el uso del coche bomba.
Son los años también de los primeros grandes golpes a la estructura y las finanzas de la organización terrorista (Sokoa, Bidart), y de los intentos negociadores, con rupturas continuas, que tienen su máxima expresión en las fallidas Conversaciones de Argel. Su fracaso supuso también el inicio de una nueva política penitenciaria: la de dispersión de los presos etarras, algo que ETA utilizará en esos años para justificar sus acciones criminales.
En julio de 1997 las imágenes del funcionario de prisiones José Antonio Ortega Lara, liberado tras 531 días secuestrado por ETA, conmocionaron a toda la sociedad. Su liberación por la Guardia Civil estuvo además ligada trágicamente a otro secuestro que apenas duró dos días: el del concejal popular de Ermua, Miguel Ángel Blanco. La reacción de la sociedad a su asesinato produjo el nacimiento del Espíritu de Ermua. El rechazo al terrorismo y la solidaridad con las víctimas fueron el reflejo de una nueva actitud ciudadana ante la violencia terrorista.
'La sociedad contra ETA' es la tercera entrega de este especial elaborado por 'Crónicas', que repasa la historia de la banda, desde sus orígenes, los años de la Transición, la generalización del terrorismo y el acorralamiento por parte de las fuerzas democráticas.