Gonzalo Rojas, uno de los últimos gigantes de la poesía chilena

  • Perteneció al grupo surrealista La Mandrágora

  • Exiliado tras el golpe chileno de Allende

  • Premio Cervantes 2003

LOLA FUNCHAL
3 min.

"Los verdaderos poetas son de repente, y no basta el oficio, la poesía encarna en uno como por azar", pronunció el gran poeta chileno Gonzalo Rojas, en su discurso Premio Cervantes de las Letras.

"Allendero y partidario de la justicia hasta las últimas consecuencias...", Rojas encontró en la miseria del hombre su cantera poética.

Disfrutaba hablando de poesía, le gustaba reflexionar sobre ella y repensarla. "El poeta debe tener una concienca crítica del lenguaje impecable", solía decir; y así fue la suya a lo largo de casi todos sus libros.

Marcado por la muerte de su padre, minero del carbón

El escritor sitúa su memoria en el internado de los jesuítas en el que ingresó tras la muerte de su padre, minero del carbón, cuando tenía 4 años.

Tartamudo y becado por en el colegio, recuerda como los otros niños "más afortunados" lo obligaban a leer historias encaramado en una tarima mientras se reían de su forma de hablar. "Inventaba palabras con fonemas suaves para no tropezar", relató en el programa El ojo crítico de RNE.

En los años 30 se incorporó al grupo surrealista La Mandrágora, pero duró poco porque su posición ética y solidaria le empujaron a un pueblo minero del cobre al norte del país, Atacama.

Allí, Rojas confiesa que aprendió más cosas de la vida y de la poesía que en todos los manifiestos.

Fue profesor de literatura, pero también ejerció de diplomático en el gobierno de Salvador Allende hasta el golpe militar de 1973, que le lleva al exilio.

Regresa a Chile en 1979 para instalarse en su casa verde y azul de Chillán, a la que llamó "El torreón del renegado".

Para Rojas, la poesía tiene que estar transida de vida

La poesía tiene que estar transida de vida, "no hay poesía, sino circunstancia, es decir lo vivido", sostenía el poeta.

Y es que Gonzalo Rojas vivió intensa y extensamente: "encima de los ochenta sigo intacto, nadando en el oleaje de las pubertades cíclicas, de encantamiento en encantamiento, de desollamiento en desollamiento. Nada me desengaña y el mundo me hechiza..."

Le gustaba hablar de la reniñez, "de ese aire nuevo que se respira a partir de los 60. Uno empieza a respirar más libre", decía.

"De repente estoy en la reniñez y me digo como el gran Horacio de hace dos mil años: jugaste bastante, comiste romanamente y bebiste: ¡tiempo de que te vayas!" (extracto del discurso del Premio Cervantes).

Obra poética de Gonzalo Rojas

Perteneció a la generación del 38 junto a Nicanor Parra del 38, Braulio Arenas, Teófilo Cid, Jorge Cáceres y Huidobro.

Entres sus libros más leídos están: "La miseria del hombre"; "Contra la muerte" ; "Concierto" (antología poética que va desde 1935 -2003); "Oscuro" (1977) y "La reniñez", publicado a los 85 años.

Recibió el Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana (1992); Premio Nacional de Literatura de Chile (1992); Premio Octavio Paz de Poesía y Ensayo (1998); y Premio Cervantes 2003.

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