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Las bacterias que cuidan la Alhambra

  • Una patente de la Universidad de Granada está detrás de esta técnica

  • Conservan la piedra cultivando bacterias presentes en la piedra caliza

ÍÑIGO PICABEA (RNE)
3 min.

La Alhambra de Granada y los monumentos mayas de Copán, en Honduras, tienen en común, al menos, tres cosas: son patrimonio arquitectónico, se construyeron con piedra caliza y su material se puede conservar reproduciendo bacterias productoras de carbonato cálcico, presente en la piedra caliza.

Este último rasgo compartido no es una posibilidad; ya se está haciendo, gracias a una patente registrada por la Universidad de Granada en 2008 y está dando buenos resultados. "Incluso han superado lo que nosotros esperábamos", dice Carlos Rodríguez-Navarro, catedrático de la Universidad de Granada y profesor del Departamento de Mineralogía y Petrología.

En una entrevista con Radio Nacional, explica: "Nuestros ensayos han demostrado que se consigue una elevada consolidación y que el material no sufre cambio de aspecto".

Utilizar bacterias para conservar el patrimonio arquitectónico no es una técnica nueva. Desde los años 90, en Francia se han cultivado en laboratorio bacterias productoras de carbonato cálcico para introducirlas en la piedra caliza, mayoritaria en edificios históricos. Pero resulta una técnica cara y compleja. El método de la Universidad de Granada apuesta por las bacterias ya presentes en los edificios, no por cultivarlas en laboratorio.

"Las bacterias están ahí, pero en condiciones de estado vegetativo", explica el profesor Rodríguez-Navarro, quien añade que "para proliferar, necesitan un aporte de nutrientes y eso es lo que hace el tratamiento que nosotros hemos diseñado", una técnica mediante la cual "le aportamos los nutrientes para que puedan reproducirse y, al mismo tiempo, le aportamos una fuente de calcio". La suma del calcio y del carbonato cálcico, producido por las bacterias reproducidas, refuerzan el material dañado.

Una técnica revolucionaria, pero no perfecta

El daño lo provoca, sobre todo, el efecto conjunto de la contaminación y el agua, "el elemento omnipresente en todo proceso de alteración", añade el catedrático de la Universidad de Granada. Su técnica bacteriana para el patrimonio conlleva otra ventaja en este sentido: las bacterias, además de producir carbonato cálcico, generan un biofilm y este biofilm forma una película protectora hidrorepelente; es decir, frena “la fácil entrada de agua” en la piedra, aunque no “bloquea los poros”, la piedra “respira”. En conclusión, este método protege el material por dentro y por fuera.

La técnica se ha aplicado en España, en la Alhambra y en el Real Monasterio de San Jerónimo de Granada. No en la totalidad de los edificios, sino en algunas zonas dañadas. El caso de San Jerónimo, por ejemplo, ha permitido hacer una evaluación más detallada sobre el impacto positivo que ha tenido nutrir estas bacterias fabricantes de carbonato cálcico.

Fuera de España, se ha probado en Portugal y en Copán. Próximamente, llegará a Italia. Para extender su uso, el equipo del profesor Rodríguez-Navarro ha transferido su conocimiento, mediante la licencia de su patente, a una empresa del sector biológico. "Obviamente, no voy a decir que esto solventa todos los problemas", avisa el investigador con prudencia, que defiende que se estudie cada caso con detalle, por si surgen "efectos negativos", aunque su equipo no los ha encontrado en las pruebas que han hecho, dando de comer a las bacterias para salvar el patrimonio de piedra caliza.

La mitad invisible - La Alhambra de Granada - Ver ahora

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