"Es maravilloso que un músico joven te pida volver a tocar un tema de hace más de 40 años". Así lo vive Chano Domínguez.
Esta anécdota fue el punto de partida de Paramus, un disco con el que explora las vertientes culturales del mediterráneo junto a la flautista Hadar Noigberg. Lo hemos podido escuchar en primicia en 'Solamente una vez'.
Chano y Hadar se conocieron en un festival en Alemania, allí mismo descubrieron que eran vecinos del barrio neoyorquino de Brooklin. Una circunstancia que favoreció la creación de Paramus, un disco en el que se mezcla la experiencia de Chano con la admiración y el talento de Hadar.
"He redescubierto temas que escribí en mi juventud", asegura el gaditano. Reconoce que ver los temas que Hadar le proponía para tocar en conjunto ha sido muy inspirador, toda un repaso por su trayectoria musical desde una visión exterior.
Domínguez califica de extraordinarias las afinidades rítmicas, melódicas y armónicas de las músicas de ambos extremos del Mar Mediterráneo.
“El creador necesita siempre la respuesta de alguien para sentir que lo que está haciendo está bien ”, así explica el pianista su necesidad de exponerse a otros artistas para completar su proceso creativo.
Martirio y Chano Domínguez
La universalización del flamenco
Tras el periplo por Paramus, también hemos tenido la oportunidad de hablar con Chano Domínguez del flamenco jazz. Él fue uno de los pionores de este tipo de fusiones en los años 80.
Chano considera que al igual que en los años 60 la música brasileña se universalizó, el flamenco se encuentra actualmente en una situación similar. "Al igual que ningún músico de jazz desconoce la bossa nova o la samba, a día de hoy todos los músicos americanos saben lo que es una bulería o una soleá".
Chano recuerda conciertos compartidos con Paco de Lucía, al que considera padre de esta universalización del flamenco. Desde la capital de Estados Unidos se muestra orgulloso de haber hecho del lenguaje ecléptico del flamenco algo más accesible para otros músicos.