Tras una hora y media de caracterización, Carmen Conesa se convierte cada tarde sobre las tablas del Teatro Calderón en Morticia, la matriarca de La familia Addams.
La actriz ha asegurado en Las mañanas de RNE que meterse en este personaje tan conocido para el público, al principio le supuso "un poco de susto". Y para ello recurrió al icono tan dibujado "mirar cómo es, cómo se mueve, cómo es el estereotipo del personaje para no defraudar de los fans".
Pero también con ayuda del director Esteve Ferrer, introdujeron, confiesa, "ingredientes de la Conesa, mi punto de humor, y construimos a Morticia combinando los dos puntos".
Le acompaña en el escenario Xavi Mira quién define a Gómez, su personaje, como "muy juguetón". Un individuo que "pasa de cero a cien en las emociones constantemente, es una montaña rusa". Mira también intentó ser fiel al icono pero añadiendo su esencia y sobre todo "pasándoselo bien".
Un personaje que se encuentra en la contradición de guardarle un secreto a su hija, Miércoles (Lydia Fairén), frente a Morticia, a quien nunca le ha escondido nada. Su oscura, macabra, tenebrosa y querida hija se ha enamorado de un chico dulce, cariñoso, respetuoso e inteligente de una familia normal. ¿Será este joven, el más indicado para convertirse en un miembro más de los Addams?
Gómez se debate entre el gran amor de sus dos mujeres y ahí es donde surge todo el enredo.
El leit motiv de la función, dicen, es que ser un Addams no es ser tan distinto a los demás "y es verdad que la gente se ve reflejada, siempre con mucho sentido del humor".