Javier Reverte recibió el Premio de Novela Fernando Larra en 2010. Con la cuantía del galardón, 120.000 euros, el periodista y escritor tuvo claro que iba a cumplir su sueño de vivir en Nueva York, y así lo hizo.
Tres meses dedicado a pasear por sus calles y, como no, a escribir. El resultado de esta experiencia vital lo ha plasmado en New York, New York, un libro en el que Reverte se convierte en un vecino más de la Gran Manzana y en el que plasma sus impresiones sobre la ciudad más poblada de Estados Unidos.
"No es una guía de viajes, es un diario como vecino de Manhattan, había estado ya por trabajo y como turista pero no había vivido en nueva York y tenía esa especie de deuda conmigo mismo", ha asegurado Javier Reverte en Las mañanas de RNE.
Eligió la estación de otoño para vivir su experiencia neoyorkina "porque es la que tiene mejor clima: en verano hace mucho calor y en invierno te pelas de frío". Alquiló un apartamente en el corazón de Manhattan "nada barato" y se sintió "en la capital del imperio, el sueño que tiene todo provinciano". Y en esos tres meses "dedicado a no hacer otra cosa que conocer la ciudad", el periodista y escritor aprendió también a amarla "me gustaron muchas cosas de la ciudad y le cogí enorme cariño por muchos motivos, uno de ellos, porque me hizo sentirme libre".
También ha señalado que Nueva York es "tremendamente acogedora", una de las cosas que más le sorprendió, y que cuando regresó a España, a Madrid, empezó a añorar mucho Nueva York "por la gentileza de la ciudad".
Defiende que ya no es una ciudad peligrosa y que no es tan tremendamente noctámbula como dicen, "yo vengo de Madrid, que es famosa por su vida nocturna".