A los ocho años empezó a pintar tomándoselo "muy en serio". Con 16 organizó su primera exposición "y tenía muy decidido que mi destino iría por ahí, por la pintura", asegura Luis Eduardo Aute. Hasta que su padre le regaló una guitarra, empezó a jugar con ella y a fundirla con los poemas que escribía y así ha sumado 50 años de canciones que han traspasdo la barrera del tiempo y permanecen en la memoria musical de varias generaciones. Y eso que "no tenía más pretensión que la de ser pintor", afirma.
Desde hace unos meses, el cantautor está rodando por la carretera con Gira Luna, una serie de conciertos para celebrar este medio siglo de canciones que le han convertido en una de las figuras fundamentales de la música española. 400 temas ha sumado en todo este tiempo de carrera y "muchas canciones se me han ocurrido en la ducha", ha confesado en Las mañanas de RNE.
Este viernes ofrece el concierto De la luz y la sombra en el Teatro Circo Price de Madrid dentro del Festival Inverfest, donde sus seguidores podrán disfrutar en directo clásicos como "Al alba", "Pasaba por aquí", "La belleza", 'Una de dos"o "Rosas en el mar" "una de las primeras canciones que escribí que interpretó Massiel y que fue un éxito en todo el mundo".
El espectáculo se abre con la proyección de un cortometraje de animación Vicent y el Giraluna, que esta dibujado, musicado y dirigido por el propio Aute y que comienza con una frase que hace reflexionar: "Lo que permanece lo fundan los poetas".
"Nos iría un poquitín mejor si pusiéramos más poesía en nuestras vidas, poesía en el sentido de darle otra dimensión a la cruda realidad que es muy triste y muy jodida, y no estamos aquí para esa cruda realidad sino tambíen para soñar, enamorarnos...", dice Aute.
El cantante y compositor empezó escribiendo canciones para otros y en 1966 dedidió dar el salto y poner su voz a esos temas tan personales. "Estuve durante un año resistiéndome y luego ya pasé por el aro, grabé un disquito que pensaba que quedaría en un rincón" y aquí permanece cinco décadas después, aunque sigue pensando que su trayectoria musical ha sido "una jugada del azar, no tengo conciencia de que esto sea mi trabajo".
Se reconoce como "bicho raro" sin móvil ni contacto con las redes sociales en los tiempos que corren, un ser totalmente indisciplinado "el caos es madre de muchas cosas y yo trabajo en el más absoluto caos", confiesa; y muy exigente "disfruto mucho haciendo canciones pero también sufro porque cada vez me exigo más", explica. Si todo va bien, augura disco nuevo para el próximo otoño.