Nacho Mirás se define como periodista (ejerce en La Voz de Galicia), profesor universitario, músico y padre. Un hombre normal al que un tumor cerebral le cambió la vida por completo. Se puede decir que a partir de que le detectaran esta enfermedad se convirtió en paciente, terapeuta y humorista a través de su libro El mejor peor momento de mi vida, en el que plasma con mucho humor su lucha contra el cáncer. El subtítulo reza "Cómo no rendirse ante una mala jugada del destino" y él lo ha hecho, entre otras cosas, tirando de la retranca gallega.
¿Qué es El mejor peor momento de mi vida?
- "Me gusta calificarlo como mis memorias sanitarias tragicómicas porque me dio por contar mi enfermedad con humor. Incluso en estas circunstancias se puede tener sentido del humor, tiro de la retranca gallega".
- "El sentido del humor me ayudó desde el principio. Por ejemplo, cuando empezaron a radiarme yo me imaginaba que era un churro en una churrería que me daban la vuelta por un lado y por otro y así lo cuento en el libro".
- "Me ha dado por desahogarme, por contar mi historia, mi batalla, y compartirla y me ha hecho mucho bien".
En un segundo, la vida cambia
- "Todo empezó con un ataque epiléptico, me desplomé en el baño de mi casa, desperté en una ambulancia y a partir de ahí me detectaron un tumor que al principio decían que era pequeño pero al final resultó ser un tumor de grado tres, cuando el máximo en estos casos es de cuatro".
- "Me operaron el 12 de diciembre de 2103 y ahora está vigilado de cerca porque en cualquier momento podría volver a reproducirse".
- "Noté cambios como los sabores, las cosas no me sabían igual, y también experimenté la hiperacusia que es tener el oído super sensible".
Un ejemplo para otros enfermos
- "La autoridad que me da el ser yo la víctima hace que la gente que padece esta enfermedad igual que yo me permita las irreverencias y sobre todo me de las gracias y esto da sentido a todo este horror, porque tener esta enfermedad es un horror".
- "Desde ese sentido del humor yo cuento lo que hay, no desinformo para nada ni propago terapias milagrosas y extrañas, lo hago desde la honestidad. Ante una enfermedad tan dura me desnudo. No solo se cura uno con el espíritu positivo, eso está claro, pero con ello sí que llego a la gente y lo noto en todos los comentarios que me mandan los lectores a diario".
- "Los psicólogos oncológicos me piden que siga, me dan cierta autoridad científica para hacer lo que hago.Yo dudaba por si esto que hago le hacía mal a alguien y ellos me dicen que no, que está muy bien ese espíritu positivo".