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La lección magistral de Wilco

PAULA QUINTANA (RADIO 3)
3 min.

Del estruendo a la calma. Tal y como transcurre el ultimo álbum de Wilco se desarrolla su directo, un concierto plagado de ovaciones por parte del público madrileño a un Jeff Tweedy capaz de agitar y amansar a las fieras con tan sólo su voz y su guitarra.

La lección de talento y preciosismo que ofreció el grupo de Chicago anoche en Madrid hace pensar que difícilmente se pueda encontrar en los tiempos que corren un directo más perfecto, absolutamente arrollador y, a la vez, plagado de ternura.

El 'show' empezó latiendo a pocas pulsaciones pero ya la primera canción se cerró con un sentido "te queremos". En el segundo tema empezamos a jugar con los pedales, los 'sintes' y hasta con la iluminación. Suenan 'slides' hechos con una guitarra infantil. La batería se deja acompañar por sonidos digitales. ¿De dónde han salido estos dos monstruos a cargo de sus instrumentos?

Tweedy y los cinco

En el escenario, acompañando a ese hombre que se enconde bajo un simpático gorrito, encontramos a un candidato a abogado de Mad Men, alguna estrella de rodeo y un clon de Paul Weller sin gafas. Los miembros de Wilco, 17 años después de su formación, se debaten entre un 'look' de padre de buena familia y un músico de 'Late night show' americano.

Nos plantamos en la introducción de "Art of almost", lo más Radiohead que jamás ha salido de los acordes de Tweedy. Siete minutos después, el tema que abre su magnifico octavo disco resulta tan defendible en las escuchas en casa como en directo.

Brazos en alto. Mandíbulas abajo. Qué buenos son.

Wilco hacen de lo sencillo algo exquisito, casi único y terriblemente cuidado en su paso a un directo que está plagado de detalles (entre los 'gadgets' del batería encontramos hasta elementos de cocina como una copa o un enorme cuchillo).

Sus canciones desprenden una luz cegadora, sea por el mundo mágico al que nos transportan las fábulas sobre amor y drogas o porque llegue el momento de combatir la migraña a base de molestos acordes y disonancias ("Bull black nova").

The whole love

Durante casi dos horas, tres cuerdas, dos teclados y una batería al servicio de la voz de Tweedy defienderon los nuevos temas de su octavo disco, The whole love en una cita organizada por Heineken Music Selector.

Con todo el amor del mundo fueron recibidas "Jesus, etc.", "Hummingbird" o "War on war", canciones que forman parte del repertorio que ruge y mece a la vez.

De las nuevas no faltaron "Dawned on me", "Born alone" o "I might". Pero de todo lo que sonó anoche hay que quedarse, sin duda, con el emocionante diálogo de guitarras de "Impossible Germany", un nuevo experimento de contrastes entre la calma y la intensidad, que alcanzó el momento cumbre del concierto tras un larguísimo solo de guitarra que hizo enloquecer a los asistentes.

"Nos encanta tocar en España porque vosotros nos comprendéis. Y nos comprendéis porque os gusta estar tristes".

Si esto es la tristeza, bienvenido sea cada uno de los disgustos que nos da Tweedy.

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