El infarto cerebral es afecta cada año a 130.000 personas. Solo un tercio lo consigue superar sin secuelas psíquicas o físicas. En general los procesos de rehabilitación son lentos e intensos y se prolongan mucho más allá del alta hospitalaria.
Telemedicina
Las telecomunicaciones se ponen al servicio de la medicina para que estos pacientes puedan seguir trabajando desde casa con supervisión médica. Existe un proyecto europeo cuyo soporte técnico ha puesto la Universidad politécnica de Madrid, que ya funciona en la Clínica Guttman de Badalona (Barcelona). El sistema será evaluado por más de mil pacientes.