Detrás de cada éxito mundial siempre hay una historia que contar. En el caso de "Morenita", himno de electrónica por excelencia de este 2021 y Disco de Oro, tiene más que ver con el arte de saber llevar la música tradicional indígena colombiana al mainstream absoluto. El mérito es para el productor y Dj francés, Hugel, y Cumbiáfrica, grupo colombiano asentado en España, formado por Lina Rojas (voz de la canción) y Leonardo Gómez Jattin, que están rompiendo los esquemas tradicionales de la música latinoamericana. "Morenita" ha dominado las listas de éxitos globales este verano, tanto, que hasta David Guetta la ha añadido a su playlist personal.
La tambora colombiana y el techouse, una tendencia musical que crece cada vez más
Porque que la música de tambores regional, un género totalmente de nicho, sea capaz de llegar a todos los rincones del mundo es todo un arte. Alemania, Holanda, Japón, Ibiza... daba igual la región o el país, en el momento que "Morenita" empezaba a cruzar fronteras ya nadie podía resistirse a cantar aquello de "corre, morenita, sola, cada uno en su lugar... ", y además a ritmo de techouse.
Y es que la música house ha actuado como integrador del arte tradicional colombiano en la cultura rave y de club a nivel global. Dentro del propio techouse, existe ahora una corriente que es tendencia y que se basa en la fusión electrónica de la tambora colombiana. Prueba de ello no es solo "Morenita", de Hugel, sino otros himnos virales que acumulan millones de reproducciones como "El Sueño" de Dennis Cruz o "Volar la pluma", de Ninetoes, temas que han resonado este verano por todas partes en cada rincón del universo y que siguen esta tendencia de fusión de las raíces latinas en la música electrónica.
Pero entonces, ¿cómo surge esta unión entre un grupo regional colombiano de carácter local y un Dj internacional para que nazca "Morenita"? Cumbiáfrica, la voz cantante del tema, nos cuenta la historia: "El grupo de Cumbiáfrica surge cuando empezamos a trabajar con la música regional colombiana de origen africano. Es más, nos fuimos hasta la misma África, a El Congo para investigar sobre la raíz de este género. Queríamos profundizar en las raíces afrocolombianas. Y es cuando surge Morenita. La compusimos solo con tambores tradicionales, era una canción totalmente regional y tradicional, no una canción de house ni de electrónica. Entonces Hugel nos contactó porque quería hacer un mix de house este tema nuestro y la química fue instantánea", cuenta Leonardo. "Hugel, desde su conocimiento de Dj internacional, tomó esta pieza de expresión totalmente tradicional y arraigada y la universalizó para los oídos del resto del mundo".
"Ya antes habíamos trabajado con Dj's africanos en un género que ellos llaman afrohouse. Y tomando esa línea empezamos a componer Morenita. La primera versión, de la mano de un Dj llamado Spilulu, tuvo mucho éxito también pero se quedó en el reconocimiento congolés. Y al reversionarla con Hugel es cuando adquirió ese éxito global del que estamos tan contentos y orgullosos", termina el artista.
El auge del idioma español y la música latina en el mundo como clave del éxito
Le preguntamos a Lina sobre la sensación de ver cómo, un género tan conservador en Colombia, el cual nos explican ellos mismos que incluso ni los propios colombianos llegan a acceder a él muchas veces por la magnitud del país, llega a ser cantado por el mundo entero, independientemente del idioma del oyente. "Para mí fue como descubrirme a mí misma. Digamos que, en la música tradicional colombiana, las cantaoras son la mayoría personas mayores que se quedan en la región, y ver cómo esta tendencia latina, como es la tambora colombiana, traspasa fronteras gracias a la fusión con el house, era un sueño para mí, me sentía libre", explica ella. "Cuando nos etiquetaban en redes de que estaba sonando en lugares que no te imaginabas nunca, como Turquía, y en todas las fiestas del mundo prácticamente, era muy emocionante ver que algo tan local se convirtiera en algo tan universal", dice la cantaora (que así se llaman también, como en el flamenco).
"La tambora colombiana como tal creo que es un tipo de música que conecta muy bien con el beat, porque veo que es fácil de mezclar con los sintetizadores y los ritmos del techouse", dice Lina. Cumbiáfrica también señala otro factor clave en el auge de esta tendencia musical: el éxito global de la música en español en el mundo, ya sea en el reguetón, el trap o el pop latino. "Además del reguetón y el género urbano en general, hay muchas músicas de raíces latinas que están vivas en todos los países de Latinoamérica y que están siendo tenidas en cuenta por los Dj internacionales y eso es gracias al auge del idioma del español en la industria", dice Leonardo. "Me parece que es un poco como mezclar lo técnico absoluto con la parte humana más cercana a la Tierra, porque al fin y al cabo el house es un género totalmente artificial y la tambora es totalmente orgánica", añade el artista. "El resultado es juntar a los dos extremos musicales absolutos".
"Se avecinan más proyectos con Hugel y con aire de caribe colombiano"
Uno de los factores que menciona el grupo es la gran diversidad musical y cultural que presenta Colombia desde hace siglos: "Cumbiáfrica al final mantiene viva la esencia tradicional colombiana. Nosotros nos identificamos como mestizos. La tambora es solo uno de los mil géneros de raíces indígenas de Colombia. Nosotros estamos continuamente en contacto con las culturas afro e indígena y somos el resultado de todo eso. La tambora tiene mucha influencia indígena pero hay muchos más: la gaita, la cumbia, el bullerengue... que son a veces muy desconocidos pero que todos tienen esa conexión con nuestras raíces y que, como se ha demostrado con Morenita, no tiene por qué ser una corriente de nicho solamente", concluye.
Antes de despedirnos, Lina y Leonardo nos confirman que "se avecinan más proyectos junto a Hugel, con aire de tambora como en Morenita y con aire de caribe colombiano". Porque si algo queda claro después de ser testigos del éxito mundial de esta tendencia musical es que, a pesar de que los tiempos cambien, la música no entiende de fronteras.