¿Imaginas obtener unos 300 euros en tu bolsillo, de forma totalmente gratuita y desinteresada, para gastártelos única y exclusivamente en cultura? Esta medida ha dejado de ser una fantasía para convertirse en realidad en Francia. El país vecino ha desarrollado este incentivo con el fin de paliar los efectos de la COVID en la cultura y reclamar el apoyo de los más jóvenes. Una industria que, desde el estallido de la pandemia, ha sufrido una de las mayores pérdidas en lo que llevamos de año.
Según recoge el diario The New York Times, esta ayuda podría solicitarse a través de Culture Pass, una aplicación móvil que te daría acceso directo al citado bono de 300 euros para gastar en cultura. Y tal y como apunta la publicación, al menos 600.000 usuarios de 18 años (edad indispensable para solicitarla) han descargado la app y el 75% están invirtiendo en libros.
¿Estamos ante la nueva fiebre del manga?
La idea del ejecutivo de Emmanuel Macron no es otra que incentivar no solo la compra de libros, sino también el de otros bienes como música, entradas para acudir a salas de cine, museos, conciertos, festivales, teatros... Pero según recogen los primeros resultados, el producto predilecto entre los usuarios está siendo el cómic manga. "Se ha desatado una auténtica fiebre por él", confirmaba la organización que administra la app en cuestión. "Ahora no podrán decir 'no puedo permitirme esta película o este libro'", argumentaba también Macron durante la presentación del proyecto el pasado mes de mayo.
Las primeras cifras arrojadas desde su implantación podrían tener una simple explicación: las alternativas al ocio fuera del mundo de la lectura, como pueden ser conciertos o cines, aún cuentan con fuertes restricciones debido a la COVID. Y no solo eso, porque muchas de ellas además exigen el certificado sanitario para poder acceder. Un factor que podría ser el desencadenante de que la generación Z del país haya optado por lo más cercano y libre de complicaciones: los libros. Además, Francia es un país con una larga tradición en cómic y uno de los que más tebeos lee de toda la Unión Europea.
La aplicación opera de forma geolocalizada, así que solo los residentes en Francia pueden hacer uso de este proyecto que también destaca las ofertas culturales cercanas al usuario. A través de un monedero virtual, cualquier joven que cumpla con los requisitos podrá hacer uso del importe sin tener en cuenta el producto en el que está invirtiendo la subvención. De hecho, uno de los principales atractivos es que permite el acceso VIP a eventos, entre otros.
Aunque aún se están evaluando sus efectos, hay ciertos sectores de la sociedad que no consideran que la medida sea la solución para aumentar el consumo de la cultura, mientras que otros defienden que es un empujón necesario. Además, no es el primer país que saca adelante un bono cultural como este. Sin ir más lejos, en Italia se proporcionan 500 euros a jóvenes de 18 años -la misma condición exigida por Francia-, desde el año 2016. ¿Imaginas algo así en España? ¿En qué te gastarías una ayuda de estas características si pudieras invertirla únicamente en el sector cultural?