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Bebi Fernández, autora de 'Memorias de una salvaje': "Me horroriza la permisividad con la que se consume la esclavitud sexual"

  • La activista publica la segunda parte de Memorias de una salvaje

  • La trata de mujeres y la prostitución, entre los temas que aborda en sus proyectos literarios

  • "Sé cómo funcionan estas mafias, y ninguna ley o prohibición las parará"

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MARÍA GARCÍA
7 min.

Quizás te hayas topado con alguna publicación de Bebi Fernández en redes sociales. Y no es de extrañar: criminóloga y experta en violencia de género, la escritora del éxito Memorias de una salvaje cuenta con medio millón de seguidores en Instagram y casi 800.000 usuarios en Twitter. "Me gusta la violencia (estudiarla también), maquillarme e incendiar cosas. Mis libros también incendian cosas, pero esa es una historia muy larga", apunta en su pequeña bio de la red de microblogging.

Tras el éxito de su primera novela, esta joven alicantina regresa con el feminismo combativo al que nos tiene acostumbrados en Reina, un libro que escribió durante el confinamiento y "en mitad de una depresión dopaminérgica" que le impidió redactar y entender lo que había escrito: "Literalmente, me sucedía eso. No entendía lo que leía o escribía y me quedaba parada a mitad de una frase, en mitad de una página. Parecía que mis neurotransmisores vivían en un limbo puestos de opiáceos hasta las cejas. Eso fue lo más duro, pero debía hacerlo", indica a PlayzTrends.

En sus dos últimos proyectos literarios, Bebi puso el foco en una lacra que sigue dando de qué hablar: la trata de mujeres y la prostitución: "Como criminóloga he visto muchas cosas. Algunas están escritas en mi novela", confiesa. "Creo que es extremadamente importante y útil entender no solo el funcionamiento de estas organizaciones y a sus víctimas, sino también a las personas que las lideran y trabajan para ellas. La trata de mujeres para fines de explotación sexual y el narcotráfico -criminalidades específicas que trato en la segunda parte-, son dos tipologías delictivas que necesitan para su materialización no solo de los dos actores típicos del delito habitual (víctima y delito), sino de un consumidor, de un espectador pasivo y de todo un entramado de ingeniería social que se convierta en el caldo de cultivo propicio para que se llegue a constituir una organización de honor, sobre todo en el caso de las mafias. De eso hablo en Reina. De quiénes son ellos, cómo nacen y cómo se convierten en lo que son".

"Sé cómo funcionan estas mafias, y ninguna ley o prohibición las parará"

¿Hay algo de ti en alguno de sus personajes femeninos?

En todos hay un poco de mí. Sobre todo en Kassandra, la protagonista. Si bien es cierto que se parece mucho a mí en ciertos aspectos de su carácter, pero es absolutamente distinta a mí en otros, casi contrapuesta. Es inevitable que el escritor de una novela invada a sus personajes y sus personajes un poco a él. Y está bien así. Es una de las cosas más bonitas del género narrativo.

Pones el foco en la violencia estructurada contra las mujeres. ¿Crees que seguimos sin darnos cuenta del gran mercado que hay detrás de la trata?

Citando a la protagonista de Memorias de una salvaje: "Todo el mundo mira, pero no ve. Nadie dice nada, como siempre". Los dos principales sustentadores de la trata de mujeres son la demanda y la pasividad social.

Quizás, una de las cosas que me diferencia como activista, es mi conocimiento íntimo de los delincuentes. He podido vivir de cerca la victimización como resultado de la acción estas mafias, pero creo que la diferenciación reside en que conozco muy bien a la otra parte. Mejor que a la que sufre las consecuencias. Sé cómo funcionan y ninguna ley o prohibición les parará. Solo lo hará quedarse sin consumidores.

¿Consideras que seguimos viviendo en una sociedad que normaliza el hecho de acudir a un prostíbulo?

Por supuesto, pero a mí lo que más me horroriza es la permisividad con la que se consume esclavitud sexual a sabiendas de que uno se encuentra manteniendo relaciones con una chica secuestrada y coaccionada por mafias. Eso es lo que más me horroriza, porque, al margen de las manidas y típicas excusas del "no es fácil darse cuenta porque sonríen todo el rato" o "me dijo que estaba ahí porque quería", muchos consumidores consumen trata sexual conociendo perfectamente la situación de estas mujeres. Nos encontramos viviendo en una "civilización" cuyo nominativo le viene grande si queremos añadir el civismo y la empatía en la ecuación. La civilización que yo ansío es otra cosa. Esto es una selva plagada de depredadores y presas.

¿Crees que no hay suficiente educación respecto a la violencia contra la mujer? ¿Debería incidirse más sobre ello en los centros de enseñanza?

Absolutamente no y absolutamente sí. La educación en valores, inteligencia emocional y empatía, es no pilar básico, sino el propio cimiento en el que se sustenta la solución a largo plazo del problema de la violencia hacia la mujer. Muchos lo confunden con formación y esgrimen "hay hombres muy formados que ejercen violencia". Es cierto, pero es que no solo ejercen violencia los hombres. La violencia hacia el género femenino es una cuestión sistémica que engloba a cualquier actor social y a cualquier instancia, y la formación no tiene que ver con la educación.

"El feminismo vivirá su mejor momento cuando triunfe en sus objetivos esenciales"

¿Consideras que la violencia entre jóvenes es mayor que en franjas de edad superiores?

No. La casuística es muy similar, si bien, la forma de ejercicio y la manifestación de esta violencia expresa una diferenciación por tramos poblacionales, por ejemplo: mientras que los adultos emplean la violencia machista de una forma más doméstica, los jóvenes utilizan herramientas como la tecnología y las redes sociales para ejercerla.

¿Qué opinas sobre aquellos que siguen defendiendo que antaño no había tantas agresiones machistas? ¿Llegan a ser conscientes de que existían, pero no se contaban?

Quizá al decirlo no sean conscientes, quizá sí y se trate de una estrategia más de banalización de la violencia (y por tanto de un ejercicio más de la misma), como lo es la falacia de las denuncias falsas.

La cifra oculta de criminalidad en cuanto a la violencia de género, era mayor hace décadas porque esta no se denunciaba tanto como ahora y coexistía con una tolerancia social casi absoluta al respecto. Eso es cierto según las estadísticas y estudios de criminalidad.

¿Crees que el feminismo está viviendo su mejor momento?

El feminismo vivirá su mejor momento cuando triunfe en sus objetivos esenciales. Mientras, no. No puedo decir que el feminismo vive su mejor momento mientras cientos de niñas de siete años son vendidas por sus familias y violadas por pederastas en Asia para grabarlas y difundir los videos en páginas pornográficas legales. Eso no es ir bien.

"Me gustaría dejar este mundo un poquito mejor de cómo lo encontré"

¿Siempre supiste que querías publicar bajo pseudónimo? ¿Qué te llevó a tomar esta decisión?

No fue una decisión. Se dio así, simplemente. Ahora sí es necesario, por motivos evidentes de protección.

¿Consideras que tus seguidores te tienen antes por influencer que por escritora? ¿Les cuesta desvincular tu faceta en redes de tu lado más serio como novelista? ¿Cómo te definirías a ti misma?

¡Al revés! Todo el mundo es bastante consciente de que soy escritora y después, como persona con mi humor y carácter propios, me encanta desafiar al decoro en redes. De hecho, hay mucha guasa con eso, porque la verdad es que la diferencia entre la Bebi "influencer" y la Bebi escritora es abismal. Como escritora soy muy seria y como influencer digo muchos tacos y no pongo comas porque no me da la gana.

¿Crees que tus novelas han conseguido que los lectores cambiemos la forma de ver las cosas?

Eso espero. Me gustaría dejar este mundo un poquito mejor de cómo lo encontré. Ojalá.

¿Qué dirías que supone Memorias de una salvaje y Reina en la lucha feminista?

Un horrible despertar. Pero bello al mismo tiempo.

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