Hemos asumido que durante el estallido de la pandemia, cientos de sectores han tenido que reinventarse para sacar adelante su actividad y sobrevivir en la nueva era poscoronavirus. Uno de ellos es el musical, una industria que al año mueve una auténtica fortuna y que se ha visto en la tesitura de tener que resistir a las dificultades provocadas por la crisis sanitaria. Pero tras varias semanas experimentando cuál es la mejor forma de sustentarse, parece que ha encontrado un auténtico diamante en bruto: los conciertos en streaming.
100 millones de personas: las cifras logradas por BTS
La banda surcoreana por excelencia tenía un 2020 repleto de conciertos por todo el mundo. Su salto a Europa iba a ser todo un hito en su gira internacional, así que nada hacía presagiar que tendrían que acabar con todos sus planes y pensar en una nueva forma de llegar a ambos hemisferios. La solución fue sencilla, aunque costosa: un show en diferido donde la BTS actuaría como siempre. ¿La diferencia? Estar a miles de kilómetros de todos y cada uno de los espectadores que decidieron sumarse a esta experiencia.
Renunciaron a celebrar giras con público reducido y las medidas de seguridad pertinentes. Así que no es de extrañar que este mal trago lo saldaran con un espectáculo que atrajo a 100 millones de personas de todo el mundo y que se alzó con todo tipo de críticas alabando su hazaña. Porque si ya de por sí son un fenómeno global, no hay nada como aunar fuerzas para sacar adelante el que ya se haya coronado como el concierto con mayores dimensiones de su historia.
1.5 millones de dólares: el presupuesto de Dua Lipa
¿Quién dijo que mantenerse vivo en la industria discográfica era algo sencillo? A Dua Lipa no solo le bastó con sacar nuevo álbum y colaborar con la mismísima Madonna este anómalo 2020, sino que decidió volcar todo su empeño en sacar adelante el show más impresionante de su carrera profesional. Studio 2054 consiguió atraer a cinco millones de espectadores gracias a invitados como Kylie Minogue o Elthon John. Un plantel de artistas que no dudaron en presenciar lo que ya se ha convertido en un caso de estudio: ¿vale la pena invertir tanto esfuerzo en un único concierto? Aunque parezca mentira, la respuesta es sí.
Tal y como afirma Ben Mawson, cofundador de la empresa de gestión de Dua Lipa, los cálculos finales apuntan a que la inversión inicial superó el millón y medio de dólares y tardó casi cinco meses en armarse por completo. Ahora bien, ¿qué beneficios trajo consigo tal financiación? En primer lugar, el streaming de un concierto que, de haber sido presencial, sería impensable que hubiera llegado a cualquier país del mundo. En segundo lugar, el aumento en la venta de entradas para Future Nostalgia, la próxima gira de Dua Lipa. Y lo más interesante: la puesta en marcha de un segundo evento con estas características, independientemente de si la crisis sanitaria prevalece o no.
¿Estamos ante la nueva forma de consumir música en directo?
El éxito de conciertos de tal magnitud y poder de financiación ha hecho que la industria se replantee adoptar este tipo de shows como parte de su estrategia en los próximos años. Al margen de la situación sanitaria, que evidentemente supone un gran hándicap a la hora de celebrar cualquier evento, estos espectáculos permiten alcanzar cifras de espectadores que serían impensables hacerlas coincidir en un mismo recinto. "Incluso cuando regrese la gira, creo que esto será parte del nuevo modelo. Es una nueva forma creativa de vivir y, cuando se hace bien, como creo que hizo Dua, funciona bien. Haremos más para el resto de nuestros artistas", confesaba Ben Mawson a Rolling Stone.
Unas declaraciones que, de ser ciertas, podrían proporcionar un nuevo modelo de negocio que requeriría gran inversión, pero que recuperaría con creces la cantidad invertida. Aunque el concierto de Dua Lipa no fue ninguna novedad desde el punto de vista comercial -desde el estallido de la pandemia, han sido cientos los artistas que han decidido optar por esta opción durante el 2020-, ha logrado construir una transmisión en vivo que bien podría asemejarse a un programa de televisión: fue multidimensional, contó con su propio set, tuvo a invitados especiales y la forma de rodarlo se asemejó a la realizada durante una película. Pequeños detalles que evidencian que si el espectador quiere ver algo único, el show requerirá de un presupuesto muy elevado para hacerse realidad.