Hace un par de años, Anabel Lorente decidió contar una experiencia médica que acabó peor de lo que ella esperaba. Todo a través de un vídeo animado en clave de humor cuya respuesta resultó ser masiva en cuestión de días. Es pedagoga de profesión, pero poco a poco, sus vídeos se fueron viralizando hasta convertirse en una de las principales búsquedas en redes sociales.
Su cuenta de Instagram supera los 15.000 seguidores y, tal y como ella se define, le flipa "la creación artística, reflexionar, cuestionar y debatir". En pleno confinamiento se lanzó al mercado editorial publicando "True Story: Historias que merecen ser explicadas", un libro que reúne un conjunto de relatos ilustrados que, según su autora, "sacuden por dentro".
"Quería que la gente se sintiera identificada"
"El libro está escrito en tercera persona y quería que fuera algo con lo que la gente se pudiera sentir implicada. Decidí autoeditarlo y aunque tiene menos repercusión, al menos transmite el mensaje que yo quiero. He tenido que mirar tutoriales para que quedase bien maquetado, la portada, el gramaje... Hablo de temas muy delicados y me daba mucho miedo el tema de la comunicación. No me apetecía que se tirase a lo escabroso con titulares sensacionalistas, por eso tomé la decisión de editarlo yo misma".
Anabel Lorente tuvo claro que desde un principio sería capaz de sacrificarlo todo con el objetivo de conseguir que el mensaje llegase lo más puro posible al comprador. "Va de historias que suelen ser silenciadas o que resultan vergonzosas en público y se terminan llevando por por dentro. Tiene mucho que ver con cosas de ser mujer y además, ser joven. Mi meta era que otras chavalas lo leyeran y pudieran sentirse identificadas".
"A veces me veo presionada a hacer vídeos"
Si por algo se ha caracterizado la autora de "True Story" es, sin duda, por la oleada de cariño que ha recibido desde sus comienzos en redes sociales. "Aún lo estoy procesando. Se siente mucha compañía y calorcito rico. Además, a través de esto puedes salir de cosas muy jodidas y te acabas empoderando. Siempre he sido muy dura conmigo misma y me he bloqueado mucho, pero al tener a mujeres que sienten lo mismo que yo me dejo llevar más y me permito llorar".
Durante una época, Anabel estuvo a punto de abandonar su trabajo en redes debido a la presión a la que se vio sometida. "Hay momentos en los que la vida te pega un palo brutal y no sabes por donde tirar: tienes que volver a quererte, crear espacios para ti y alejarte de la gente que te hace daño. Yo peté mucho, pero es un proceso y sigo aprendiendo. [...] La gente que me aprecia en redes no me exige nada. En temas de precariedad y pasta sí que me veo más presionada a hacer vídeos y sumar followers para poder tener más contenido y oportunidades".
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